Los analistas aguardan que el índice baje a un dígito a partir de mayo, pero de todas formas se mantendría en valores altos por varios meses más. En medio de las disputas con Camioneros, el peligro es que el fuerte aumento en los costos de transporte podrían trasladarse a los precios de alimentos y bebidas
Los analistas y los bancos que participan en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza mensualmente el BCRA creen que el combate a la inflación por parte del Gobierno va en serio. En el informe publicado ayer, se ajustó en 20 puntos porcentuales a la baja la estimada para todo el 2024, que ahora se ubica en 189%, es decir por debajo del 210% del año pasado.
Además, también se ajustaron a la baja las proyecciones para prácticamente todos los meses que restan del año. De acuerdo a estas estimaciones, en abril caería al 10,8% para llegar a un dígito en mayo (aunque todavía en la “cota alta” de 9%).
Aunque los últimos relevamientos de consultoras muestran que la canasta básica -básicamente alimentos y bebidas- prácticamente se “planchó en abril”, igual la inflación se mantendría por arriba de 10%. Esto se debe especialmente al fuerte ajuste de las tarifas de gas, que agregarían alrededor de 2 puntos al índice mensual. Además, se registraron otros aumentos como en el caso de las naftas a principio de mes y en otros servicios regulados. La disputa del Gobierno con Camioneros por la nueva paritaria se enmarca también dentro de estos esfuerzos para bajar la inflación. El ministro de Economía, Luis Caputo, se resiste a homologar el último acuerdo, que estableció un incremento de 25% para abril y de otro 20% para mayo, que acercaría la mejora salarial a casi 50% en 60 días.Pero se trata de una negociación que va más allá de la ecuación de costos que tienen los transportistas. En realidad, el temor es el impacto que los costos de logística traerían sobre sectores que utilizan de manera intensiva el transporte, especialmente las bebidas pero también alimenticias.
Los empresarios del sector ya le hicieron saber al ministro que el fuerte aumento del costo de transporte necesariamente se terminará trasladando a los precios finales. En otra palabra, aumentos salariales que exceden largamente la inflación esperada solo terminarán generando otra nueva ola de incrementos. Así, se volverá mucho más costoso el esfuerzo para avanzar en el proceso de desaceleración de precios.
La paritaria mercantil se ubica mucho más cerca de las “apetencias” oficiales. Los empleados mercantiles recibirán un aumento salarial de 8% este mes y de 7% el próximo, aunque es cierto que tuvieron incrementos más altos que Camioneros a lo largo de 2023. Además, percibirán una suma fija de $ 40.000 en abril.
La curva que ayer se publicó en el REM muestra que los analistas son optimistas sobre el proceso de reducción de la inflación, pero al mismo tiempo perciben que no se producirá tan rápido. De hecho, si bien se llegaría a un dígito en mayo (9%), en junio caería a 8% y en julio (un mes de estacionalidad más alta) bajaría hasta 7,8%.
Esto significa que -de acuerdo a las estimaciones- por un buen tiempo permanecerá en valores muy elevados, lo que plantea dudas sobre la decisión de sostener el ajuste de 2% mensual del tipo de cambio oficial.
¿Es factible sostener un aumento tan gradual del tipo de cambio, dentro del esquema del cepo, cuando la inflación se mantiene en valores muy elevados? Por ahora el equipo económico mantiene su postura y no piensa en implementar cambios, al menos durante abril. Pero al mismo tiempo, mantener al dólar prácticamente quieto también es útil como ancla contra la inflación.
Javier Milei confía en que el superávit fiscal y mantener la cantidad de pesos constante en la economía son variables decisivas en la lucha contra la inflación. Pero también es cierto que en el medio aparecen una cantidad de precios relativos que hay que reacomodar, especialmente por el gran atraso tarifario que dejó la administración de Alberto Fernández.