María Teresa Troiano dejó de recibir en enero la medicación oncológica que necesitaba para mantener a raya el cáncer que padecía. Murió el miércoles.
El presidente Javier Milei y su ministro de Economía Luis “Toto” Caputo celebran en cuanto ocasión tienen el superávit fiscal alcanzado en los dos últimos meses. Lejos de haber logrado ese superávit a fuerza del crecimiento de la economía, se alcanzó pura y exclusivamente a partir de un brutal ajuste que están soportando sobre sus espaldas trabajadores, jubilados y los sectores más postergados.
Y cuando se deja de mirar por un momento de ver las planillas de excel y se enfoca un poco más sobre las consecuencias sociales de ese ajuste las razones que algunos parecen encontrar para festejar desaparecen en el instante. Una de esas consecuencias del ajuste tiene nombre y apellido: María Teresa Troiano.
María Teresa murió el miércoles de cáncer mientras esperaba los medicamentos que el gobierno de Milei, merced del ajuste y el anhelado equilibrio fiscal, había dejado de entregar apenas inició su gestión el 10 de diciembre pasado.
Así lo denunció este viernes Florencia Braga Menéndez, directora de proyectos de la Alianza Argentina de Pacientes (Alapa).
“Murió Marité (apodo de Troiano), la mujer de Eduardo Castaño (que venía denunciando la interrupción del medicamento), murió esperando que la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (Dadse) le diera la droga”, anunció Braga Menéndez.
“Llevó 16 años bien su enfermedad, pero cuando le quitaron el tratamiento hizo metástasis a una velocidad espantosa y el tumor se fue al cerebro y la mató. Tuvo la suerte en vida de haber sido muy amada, no todos tienen eso. Le dije a Eduardo que todos estamos acá para él, para su familia, para lo que necesiten. Es un dolor imposible de imaginar lo que debe estar pasando. El Gobierno es responsable. Mistanasia, muerte por abandono de persona”, denunció la directora de Alapa.
En enero pasado, el Ministerio de Capital Humano, que conduce Sandra Pettovello, halló presuntos sobreprecios en compras sin licitación que organizaba la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (DADSE) para otorgar medicamentos costosísimos de pacientes graves sin los recursos suficientes ni cobertura de prepagas u obra social.
Pettovello presentó la denuncia, desarmó la DADSE y dejó sin respuesta a quienes dependía de ella para conseguir los medicamentos necesarios para seguir con vida.
Marité padecía un melanoma grado 4, con metástasis y mutación en la base del pulmón. Tomaba Dabrafenib y Trametinib, dos tratamientos cuyo costo mensual ascendía a unos 7 mil dólares. La DADSE aprobó el 27 de octubre de 2023 la entrega de los medicamentos con fecha 12 de diciembre, dos días después del inicio de la presidencia de Milei.
El esposo de Troiano, Castaño, contó en febrero a elDiarioAR que la comercializadora medicinal Scienza Argentina prefirió pagar la multa por el no suministro, previendo que el Gobierno de la motosierra no le reconocería la factura.
La muerte de Marité se suma a la de otros pacientes en una lista que comienza a ser pavorosa.
Camila Giménez tenía 25 años y fue diagnosticada de un tumor cerebral de gran tamaño la primera semana de enero. Falleció a mediados de marzo. La familia reclamó por la demora en obtener la medicación. Aldo Javier Pinto era salteño, tenía 45 años y presidía un centro vecinal y una asociación de básquet femenino. Murió a la espera de los medicamentos. “Hicimos varias gestiones en el Ministerio de Salud de la Provincia, donde nos dijeron que a nivel nacional se cortó la medicación para pacientes oncológicos”, indicó un compañero suyo.