Una vez más el presidente Javier Milei comentó de manera socarrona que la oposición, el pueblo o los manifestantes hicieron justo lo que él pensaba que harían.
Todo está contemplado en el plan de Javier Milei, o al menos así lo quiere ver cada vez que esgrime el principio de revelación como escudo ante una adversidad o paso en falso que da con su gobierno. El episodio más reciente fue este martes, cuando el Presidente “celebró” de manera socarrona la Marcha Federal Universitaria en defensa de la educación pública afectada por los recortes presupuestarios.
El “principio de revelación” al que se refirió el libertario con un posteo de Instagram de un león tomando “lágrimas de zurdos” es una teoría que le permite festejar un éxito en el fracaso: mediante su afirmación, sugiere que quienes marcharon este martes quedaron “expuestos” en sus verdaderas intenciones, en su postura o en su carácter.
La primera vez que Milei usó el principio de revelación para festejar una derrota política fue cuando falló en su intento de sancionar la llamada Ley Ómnibus, que recibió los votos en general pero volvió a foja cero en el Congreso por falta de apoyo en particular.
En esa oportunidad el Presidente afirmó que los legisladores que rechazaron la Ley Ómnibus habían quedado expuestos en sus intenciones de no derogar de un plumazo cientos de normas que eran centrales en la actividad económica y social de la población, desde las leyes laborales hasta la de alquileres.
Así, este martes Milei volvió a recurrir al principio de revelación para asegurar que él sabía, cual eximio jugador de ajedrez, que miles de personas saldrían a la calle en todo el país en rechazo a los estragos que provocó el ajuste presupuestario en las universidades que dependen de manera directa del Estado.