Sobrevivir con lo que alcance: el guiso de fideo que calienta el corazón en Fontana

En medio de la crisis económica, el Merendero “Camba Luis” en Fontana, dirigido por Paola Ponce, se convierte en un salvavidas para muchas familias. Con donaciones escasas, ofrecen guisos de fideo para combatir el frío. La pobreza en la región afecta al 55% de la población, haciendo que la ayuda de estos merenderos sea más crucial que nunca.  

En medio de la crisis económica y las bajas temperaturas, los merenderos se han convertido en un refugio indispensable para los habitantes de los barrios humildes. Norte Grande Federal recorrió las calles del Gran Resistencia y llegó a Fontana, donde el Merendero “Camba Luis”, dirigido por Paola Ponce, ofrece un plato de comida caliente a quienes más lo necesitan.

La pobreza alcanzó al 55% de la población: así comen en los barrios humildes

La pobreza en el Gran Resistencia ha alcanzado niveles alarmantes, afectando al 55% de la población. En el barrio Cacique Pelayo, el Merendero “Camba Luis” se ha convertido en un pilar esencial para muchas familias. Paola Ponce, responsable del merendero, relata que la asistencia se ha vuelto más complicada debido a la escasez de donaciones, lo que les obliga a limitar la distribución de alimentos a unos pocos días a la semana.

La ayuda de los merenderos, en los barrios

Con gran esfuerzo y la colaboración de vecinos solidarios, el merendero consigue preparar guisos de fideo para combatir el frío. “Hoy tenemos un guisito de fideos tirabuzón con carne de pollo donada por un vecino, y algunas verduras y pan que también nos dieron”, explicó Paola Ponce. Sin embargo, la realidad es dura:

“La situación es fea, hay mucha necesidad. No podemos ayudar todo lo que quisiéramos, pero lo poco que tenemos, lo damos”.

La realidad de los merenderos en tiempos de crisis

El merendero “Camba Luis” no puede operar todos los días como solía hacerlo. “Antes hacíamos merienda lunes, miércoles y viernes, pero ahora solo cuando conseguimos donaciones”, cuenta Paola. Aun así, cada vez más personas, incluidos niños y ancianos, hacen fila para recibir un plato de comida caliente. Las donaciones son escasas, pero indispensables para mantener la ayuda.

Invierno y crisis: una combinación difícil

Con la llegada del invierno, las necesidades se intensifican. “Hay chicos que vienen descalzos, y agradecemos a quienes donan ropa y calzado”, comenta Paola, quien también invita a la comunidad a colaborar con el merendero ubicado en el sector 3, casa 6, del barrio Cacique Pelayo. “El que quiera colaborar, bienvenido, porque estamos en una situación de mucha necesidad”, concluye.

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