Se cumplen 12 años de la detención de Luka Magnotta, tras el crimen que conmocionó a Canadá. El perfil del criminal que pasó de una infancia violenta a los intentos por sobresalir en las redes sociales. Cómo sedujo a la víctima y las cámaras de seguridad que lo muestran minutos antes del horrorLa ciudad de Montreal nunca olvidará el hallazgo que estremeció sus calles en mayo de 2012. El encargado del edificio no podía ignorar más el hedor que emanaba de una maleta abandonada en un callejón. Finalmente, cuando decidió abrirla, encontró el torso mutilado de un hombre, sin rastro de sus extremidades.
El horror no se limitó a ese callejón. A medida que avanzaba la primavera, más partes del cuerpo del hombre aparecieron en los lugares más inesperados de Canadá. El pie izquierdo fue encontrado en un paquete enviado a las oficinas del Primer Ministro de ese país. La mano izquierda, destinada al Partido Liberal, fue interceptada antes de llegar a su destino.
Pero lo más macabro estaba por venir. La mano derecha y el pie derecho de Jun Lin fueron enviados a dos escuelas primarias en Vancouver, Columbia Británica. Las aulas, llenas de niños, se convirtieron en escenarios de terror cuando abrieron los paquetes con los restos humanos.
El perfil de la víctima
Jun Lin, un joven de 33 años, había llegado a Montreal desde China con grandes expectativas y sueños por cumplir. Como estudiante internacional, su vida en Canadá giraba en torno a sus estudios y la búsqueda de nuevas amistades. Su destino se cruzó con el hombre que acabaría con su vida de la manera más brutal imaginable.
Antes de este crimen atroz, Luka Magnotta ya había mostrado señales de una mente perturbada. Un grupo de detectives en línea lo había investigado durante más de un año, tras descubrir videos en los que Magnotta torturaba y mataba animales
La noche del 24 de mayo de 2012, Jun Lin respondió a un anuncio en Craigslist publicado por Luka Magnotta, quien buscaba a alguien interesado en sexo y bondage. A las 9 de la noche, Lin envió su último mensaje de texto a un amigo. Lo que sucedió después quedó inmortalizado en un video que Magnotta subiría al día siguiente a un sitio web llamado bestgore.com. El video, titulado “1 lunático, un picahielo”, mostró a Lin desnudo y atado a un marco de cama, mientras la música de New Order resonaba de fondo.
El video de 11 minutos era una escena de horror inimaginable. Magnotta atacó a Lin con un picahielos y un cuchillo de cocina, desmembrando su cuerpo mientras grababa cada momento. En una serie de actos macabros, Magnotta violó sexualmente el cuerpo inerte de Lin, permitió que un perro mordiera los restos y, según la policía, incluso comió partes del cadáver. La policía encontró evidencia de canibalismo en una versión extendida del video que revisaron.
Antes de este crimen atroz, Luka Magnotta ya había mostrado señales de una mente perturbada. Un grupo de detectives en línea lo había investigado durante más de un año, tras descubrir videos en los que Magnotta torturaba y mataba animales. En diciembre de 2010, había publicado un video titulado “1 chico, un gatito”, donde asfixiaba a dos animales con una aspiradora y una bolsa de plástico.
Magnotta tuvo una infancia complicada y fue abandonado por sus padres a los 10 años
Estos detectives en línea habían recopilado una cantidad impresionante de información sobre Magnotta. Analizaron metadatos de sus fotos, encontraron pistas sobre su paradero y compartieron todo con la policía. Sin embargo, sus advertencias fueron en gran parte ignoradas. “Solo son gatos”, les dijeron las autoridades, desestimando las preocupaciones de que Magnotta podría escalar su violencia.
Los esfuerzos de Magnotta por hacerse notar en línea también fueron reveladores de su necesidad de atención. Creó páginas de Wikipedia sobre sí mismo, falsos fan pages y difundió rumores de que estaba en pareja con la asesina en serie Karla Homolka. Para los detectives en línea, la motivación de Magnotta era clara: buscaba la fama a cualquier costo. “Hay una regla no escrita en Internet. Se llama la regla cero: no te metas con los gatos”, comentó uno de los detectives. Otro añadió: “¿Qué mejor manera de hacerse famoso que joder con los gatos?”
El horror filmado
No pasó mucho tiempo para identificar al culpable. Luka Magnotta, un nombre que pronto sería sinónimo de horror, había grabado su crimen. En un video de 11 minutos titulado “1 Lunatic 1 Ice Pick”, que subió a un sitio web llamado bestgore.com, se veía claramente cómo desmembraba el cuerpo de Jun Lin con un picahielos y un cuchillo de cocina.
Pero la verdadera pregunta que retumbaba en la mente de todos no era quién lo había hecho, sino ¿por qué?
Magnotta, nacido como Eric Newman en 1982 en Ontario, había elegido su nuevo nombre como una suerte de reinvención para purgar los malos recuerdos de su vida. Según una de sus pocas amigas, Nina Arsenault, Magnotta había mencionado experiencias traumáticas en su infancia que lo perturbaban profundamente, hasta el punto de muchas veces golpearse a sí mismo en la cara.
Momento en que las autoridades deportan a Luka Magnotta a Canadá. (Getty Images)
La historia de Magnotta empieza cuando sus padres lo abandonan a los 10 años. Los adultos dejaron al chico al cuidado de una abuela brutal y dominante, hasta su adolescencia en un pequeño pueblo de Ontario, donde ser joven y bisexual era una lucha constante. A esto se sumaba una herencia genética de esquizofrenia paranoide de su padre, que lo llevó a escuchar voces desde los 18.
A lo largo de los años, Luka Magnotta intentó borrar su pasado como Eric Newman a través de cirugías plásticas y una vida como escort y estrella pornográfica menor. Pero su transformación no logró calmar su tormento interior.
Los rastros del crimen
La investigación del asesinato de Jun Lin reveló una mente perturbada y una cadena de eventos que culminaron en uno de los crímenes más espeluznantes de la década. La policía, al registrar el apartamento de Magnotta, encontró sangre en el colchón, en la bañera y en el refrigerador. Las grabaciones de seguridad mostraron a Jun Lin y Magnotta entrando juntos al edificio, poco antes del asesinato.
Luka Magnotta había huido, pero no pudo escapar por mucho tiempo. La policía lo rastreó hasta un café internet en Berlín el 4 de junio de 2012, donde lo encontraron googleando su propio nombre, deleitándose en la fama macabra que había ganado.
Luka Magnotta captado por una cámara de seguridad el día del crimen
¿Qué había llevado a Luka Magnotta a cometer tal atrocidad? Aunque el joven declaró que una voz en su cabeza lo obligó, los psiquiatras debatieron si se trataba de una verdadera locura o de una búsqueda desesperada de atención. Fue detenido un 4 de junio del 2012, hoy hace 12 años, y finalmente, en diciembre de 2014, un jurado rechazó su defensa de locura y lo condenó a cadena perpetua.
La caza del asesino
Una vez que se confirmó la autenticidad del video de la muerte de Jun Lin, la policía comenzó una búsqueda intensiva para capturar a Luka Magnotta. Todo comenzó con el descubrimiento del torso en el apartamento de Magnotta en Montreal, donde la evidencia dejaba claro que había ocurrido un crimen horrendo. Las cámaras de seguridad del edificio mostraban a Lin y Magnotta entrando juntos poco antes del asesinato, y el rastro de sangre en el apartamento no dejaba lugar a dudas: el asesino estaba huyendo.
Mientras tanto, Magnotta había dejado Canadá, pero no había sido discreto. Usando su propio nombre, viajó a París, lo que permitió a las autoridades seguir su rastro con relativa facilidad. Una vez en Francia, Magnotta se trasladó a Berlín en micro. Sin embargo, la policía ya lo tenía cercado.
El 4 de junio de 2012, la policía alemana lo encontró en un café internet, absorto en su propia fama, mientras se buscaba a sí mismo en Google. La imagen de su arresto muestra a un hombre derrotado, pero no arrepentido, cuyo placer en la notoriedad de su crimen solo aumentaba el horror de sus actos.
—¿Eres Luka Rocco Magnotta? —preguntó uno de los oficiales.
—Sí, soy yo —respondió Magnotta, sin resistencia.”
La extradición de Magnotta a Canadá fue rápida. En su vuelo de regreso, los oficiales lo vigilaban de cerca. Magnotta nunca negó su crimen. Al contrario, parecía deleitarse en los detalles macabros que compartía con los psiquiatras y los oficiales. En una de sus declaraciones, afirmó que él y Jun Lin eran amantes y que habían compartido una noche juntos cuando una paranoia súbita lo invadió. Según Magnotta, un coche negro fuera del apartamento lo convenció de que Lin era un agente secreto. “Átalo. Córtalo”, oyó decir a una voz en su cabeza. “Hazlo. Él es del gobierno”.
Pero, ¿era esta la verdad? Los psiquiatras estaban divididos. Mientras algunos creían que Magnotta sufría de una esquizofrenia paranoide, otros sostenían que su crimen era demasiado organizado para ser el resultado de un pensamiento desordenado. Magnotta había planeado su escape, había dispersado los restos de su víctima y había documentado todo, lo cual sugería una premeditación fría y calculadora.
Otra imagen de las redes sociales del brutal asesino
El asesino en el banquillo
El juicio de Magnotta fue un espectáculo mediático que mantuvo al mundo en vilo. En diciembre de 2014, tras un proceso judicial lleno de revelaciones macabras y testimonios desgarradores, el jurado lo declaró culpable de todos los cargos: asesinato en primer grado, profanación de un cadáver, distribución de material obsceno, acoso criminal y uso de correos para enviar material indecente.
Los testimonios también jugaron un papel crucial. La familia de Jun Lin describió el impacto devastador de su pérdida. Su padre, en un momento particularmente emotivo, habló sobre los sueños y aspiraciones de su hijo, sus logros académicos y la promesa de un futuro truncado brutalmente. “Nunca volveré a ver su cara sonriente, ni escucharé sobre sus nuevos logros ni su risa”, dijo. “Lin Jun nunca estará presente para celebrar su cumpleaños o el nuestro”.
El veredicto del jurado fue contundente. Magnotta fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional durante 25 años. La sentencia fue un alivio parcial para los amigos y familiares de Jun Lin, pero no podía borrar el dolor de su pérdida. La familia de Jun Lin expresó que ninguna sentencia sería suficiente para reparar el vacío dejado por su asesinato.