La Fiscalía tiene acreditado que el sospechoso, tras cometer el homicidio, limpió la escena para eliminar las pruebas.
A tres días del macabro hallazgo de los restos de Johana González en la Laguna Seitor, se conocen más detalles del atroz femicidio ocurrido en Resistencia.
Este lunes fue una jornada de muchos movimientos en la sede del Ministerio Público Fiscal, ubicada en la avenida 9 de Julio 236, coincidiendo con el noveno aniversario de la primera Marcha Ni Una Menos.
Mujeres y disidencias se movilizaron para pedir medidas y políticas públicas para la prevención y erradicación de la violencia de género.
Se constituyó como abogado querellante Pablo Vianello, en representación de la madre de la víctima.
Barrientos, después de matar y desmembrar a Johana, pintó las paredes de la casa que alquilaba. Esto se comprobó durante el segundo allanamiento en el inmueble de calle Antonio Brignole 235.
La semana pasada, por pedido de la fiscal en temática de Género, Nelia Velázquez, se realizó una requisa el jueves y posteriormente, el domingo.
En la casa se incautaron varios elementos, pero todavía no se han determinado las armas blancas que usó Barrientos para descuartizar a su exnovia ni si los golpes en la cabeza fueron los que le causaron la muerte.
Por otro lado, aún resta encontrar el torso, pero las tareas de rastrillaje se han limitado a la orilla de la laguna, debido a la falta de una retroexcavadora flotante para continuar con la búsqueda.
Hasta ayer, no se había podido solucionar este inconveniente y el gobierno no contaba con la maquinaria, por lo que se evalúa alquilarla para avanzar con el rastrillaje.
Los hechos
El sábado se encontraron los restos en la laguna, luego de once días sin saber nada de Johana González. Delia Beatriz González, madre de la joven, radicó la denuncia el día 24.
El principal acusado, su expareja Mario Barrientos, quedó enseguida bajo el radar de la Justicia. Fue citado dos veces como testigo, y la fiscal Nelia Velázquez le impuso varias restricciones mientras permanecía en libertad.
Barrientos, sabiendo que sus horas estaban contadas, huyó a Corrientes. Al verse cercado, acudió a la comisaría Cuarta para entregarse. Se ordenó su internación en el Hospital Escuela General José Francisco de San Martín, en Corrientes, donde permanecía hasta la noche de este lunes.
“Fueron pareja”, confirmó Vianello
El abogado penalista Pablo Vianello se constituyó ayer como querellante en la causa por el femicidio de Johana González, en representación de la mamá, Delia Beatriz González. El letrado dijo a Radio Facundo Quiroga que la causa está encaminada aunque admitió que faltan algunas medidas para poder ir cerrando el círculo sobre el único sospechoso, Mario Barrientos. En ese sentido, “la fiscal nos dijo que harán nuevos rastrillajes en la laguna, queremos desentrañar lo que pasó y que se haga Justicia”.
Vianello confirmó que todavía resta recuperar el torso de la joven de 30 años, cuyos restos fueron arrojados en bolsas en la Laguna Seitor. Esa macabra acción, de acuerdo con las cámaras de seguridad, sucedió el 22 de mayo, antes de las tres de la madugada, y según los investigadores se ve a Barrientos descartando los restos humanos.
El abogado, además, precisó que entre víctima y victimario existió una relación: “Fueron pareja, tuvieron una relación sentimental”.
Finalmente, el letrado pidió a las autoridades hacer los esfuerzos necesarios para recuperar los restos, así la mamá de Johana puede velarla y realizar el duelo.
“Una hermana fue la que reconoció las partes que le exhibieron en el Instituto de Medicina y Ciencias Forenses”, concluyó.
Devoto de San La Muerte y una pista nueva
Fuentes de la investigación indicaron que Mario Barrientos veneraba la imagen de San La Muerte y que algunos vecinos, que lo conocían muy bien, abonan la posibilidad de que haya matado a su expareja, Johana González, para rendirle culto a su santo. “No descartamos ni confirmamos que haya sido un rito satánico, pero seguimos todas las hipótesis”, se sinceró una alta autoridad que está detrás de las pesquisas.