En 118 años de registro de fenómeno, solo en 67 oportunidades se produjeron tormentas el 30 de agosto. Y no siempre hubo precipitaciones abundantes.
El Servicio Meteorológico Nacional expuso los datos históricos que exponen con qué frecuencia efectivamente llueve para el día de Santa Rosa, el 30 de agosto de cada año.
Para realizar las estadísticas se tomaron como referencia la información del Observatorio Central Buenos Aires (OCBA), que posee una base de datos de más de 100 años. El sitio se encuentra dentro de la región del país donde las tormentas son típicas. Si se consideran los datos del 25 de agosto al 4 de septiembre (5 días antes y después de la festividad religiosa) desde 1906 y hasta 2023. El resultado del análisis demostró que, en los 118 años de registro, en 67 oportunidades (57% de los casos) se produjeron tormentas en esas fechas, aunque no siempre estuvieron asociadas a precipitaciones intensas y/o abundantes.
Luego se contabilizó para cada año, la cantidad de días consecutivos con precipitaciones y la lluvia acumulada. En caso de registrarse más de un evento de tormentas en los 10 días considerados, se contabilizó solo el que dio lugar a mayor cantidad de agua caída.
El resultado del análisis demostró que, en los 118 años de registro, en 67 oportunidades (57% de los casos) se produjeron tormentas en esas fechas, aunque no siempre estuvieron asociadas a precipitaciones intensas y/o abundantes.
Para los especialistas es importante aclarar que como este límite no está del todo claro, cualquier tormenta entre agosto y septiembre podría ser “la de Santa Rosa”, entonces aclaran algunos conceptos.
Según el glosario meteorológico de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), para que haya tormenta tiene que haber actividad eléctrica. Una lluvia sin la presencia de descargas bruscas de electricidad atmosférica acompañadas por un resplandor (relámpago) y un ruido (trueno), no clasifica como tormenta.
Ahora bien, las tormentas se asocian a nubes denominadas convectivas (cumulonimbus) las que, generalmente, generan precipitaciones intensas en forma de chaparrón de lluvia o, en ocasiones, de nieve o granizo, así como también vientos fuertes.
Según la región
En regiones como la Patagonia no es común tener la formación de tormentas, así que la frecuencia de Santa Rosa es muy baja. Algo similar ocurre en Noroeste Argentino (NOA), donde la época está marcada por la estación seca y predominan los días despejados y con mucho sol.
Donde sí es frecuente la generación de tormentas en esta época es en el centro y noreste argentino. Desde mediados y finales de agosto, la atmósfera es sometida a cambios en su circulación debido a la proximidad de la primavera, lo que favorece la presencia de aire cálido, más humedad y condiciones propicias para su desarrollo. Eso sí, aunque popularmente se espera que la tormenta de Santa Rosa sea más fuerte que cualquier otra, no hay evidencia de que esto sea siempre así.