El presidente fue el principal orador en el Día de la Industria. Allí, celebró la eliminación de trabas aduaneras que protegen al sector y dijo que para proteger a la industria se le “robó” a otros sectores
El presidente, Javier Milei, celebró en la Unión Industrial Argentina (UIA) el recorte de 10 puntos porcentuales al Impuesto PAIS que rige desde hoy y ratificó que en diciembre el tributo dejará de existir. El mandatario fue el orador principal de la celebración por el Día de la Industria.“En el mes de diciembre se termina con el nefasto Impuesto PAIS”, dijo Milei y se llevó el primer aplauso de un auditorio industrial que lo escuchaba. En medio de su discurso, Milei se hizo espacio para hablar del recorte de 17,5% al 7,5% del impuesto que pesa sobre los pagos de importaciones. Esa rebaja empezó a regir de hoy y el Presidente remarcó que se había subido con la promesa de bajarlo. Y esa promesa se cumplió. “Esta mañana bajamos 10 puntos del nefasto Impuesto PAIS. Un impuesto que fue creado por el kirchnerismo bajo la excusa de que sería temporal, y sin embargo se cansaron de prorrogarlo sistemáticamente”, remarcó.
“Muchas veces en la Argentina se han creado impuestos, se ha dicho que serían transitorios, y después nunca se bajaron. Bienvenidos al momento histórico en el que una administración dijo que lo creaba de manera transitoria y hoy se hizo esa baja. Es la primera vez en la historia y no solo eso, sino que en el mes de diciembre se termina con el nefasto impuesto”, agregó. “Con nosotros eso se acabó. Así como esta mañana lo bajamos un 10%, en diciembre, lo vamos a eliminar por completo, impulsando así una baja en los precios de los productos importados. Cabe destacar que entre los productos importados se encuentra un sinfín de insumos productivos, o sea que esta medida ayuda a bajar costos operativos mejorando la competitividad de nuestra industria. Los genios de la sustitución de importaciones nunca se dieron cuenta de que el 80% de las importaciones son insumos productivos y que encarecerlos a dedo solo es perjudicial para la población argentina”, comentó.
Robar al campo para proteger a la industria
Más temprano en su discurso, Milei criticó duramente las políticas industriales implementadas en Argentina a lo largo de las últimas décadas, argumentando que estas no solo fracasaron en su objetivo de desarrollar un sector competitivo, sino que que generaron un sector industrial adicto al Estado. Subrayó que las medidas proteccionistas, como los subsidios, exenciones tributarias y aranceles elevados, terminaron por convertir a la industria en una carga para la economía, ya que esta depende completamente del financiamiento estatal, el cual proviene en gran medida de las exportaciones agropecuarias. Este modelo, señaló, es una de las raíces de las crisis económicas estructurales que el país ha arrastrado por más de un siglo.
“Para proteger a la industria se le robó al campo. Y esa protección lo único que generó es un sector industrial adicto al Estado”, dijo ante un auditorio de industriales.
Además, sostuvo que estas políticas industriales, lejos de beneficiar a la economía en su conjunto, tuvieron un efecto perjudicial sobre el resto de la sociedad. Por un lado, encarecieron los productos, obligando a los argentinos a pagar más caro por bienes de menor calidad, lo que redujo su capacidad de ahorro e inversión. Por otro lado, estas políticas distorsionaron los precios relativos y fueron una de las causas de la persistente inflación que afecta al país, generando un entorno en el que ningún sector puede prosperar de manera sostenible.
Finalmente, el Presidente propuso que la mejor política industrial no es la intervención estatal, sino la implementación de una sólida política fiscal y monetaria que garantice estabilidad económica. En su visión, solo a través de la eliminación de la inflación y la recuperación de la credibilidad del país, la industria argentina podrá competir en igualdad de condiciones a nivel global.
Días después de haber eliminado trabas a la importación de acero, medida que beneficiaba a industriales locales, rechazó la idea de que la apertura económica sea perjudicial para la industria, afirmando que ningún país ha quebrado por abrirse al comercio internacional, y que lo verdaderamente pernicioso es mantener un Estado sobredimensionado que aplasta con su peso a la economía.
“Ningún país quebró por abrirse al comercio internacional. Todo lo que lo hicieron progresaron, de hecho. ¿A quién se le puede ocurrir semejante disparate? Y lo único que es pernicioso para el desarrollo industrial es tener un Estado elefantiásico montado a sus espaldas”, dijo.