El Xeneize necesita de la jerarquía del uruguayo para afrontar un superclásico especial el próximo sábado
EDINSON CAVANI consolidó en 2024 su categoría de enorme goleador y le dio a Boca lo que esperaba de él cuando se ilusionó al contratar a quien según la óptica del presidente Juan Román Riquelme es “el mejor jugador extranjero de la historia del fútbol argentino”.
A lo largo de la temporada demostró su gran efectividad al convertir 17 goles, pero con un detalle: lo hizo en apenas 25 partidos, lo que denota también su costado débil desde su arribo a la Ribera: el karma de las lesiones musculares.
En reiteradas ocasiones sufrió ese tipo de dolencias y lo obligaron a quedar marginado en muchos partidos. La tendencia del Matador es que no puede enhebrar una seguidilla larga de partidos y este preciso momento de zozobra Xeneize, en el que los resultados son irregulares al igual que el rendimiento, lo sorprende en plena recuperación de su última molestia física.
El 21 de agosto el cuerpo médico de Boca emitió un comunicado que informó acerca de una “lesión muscular grado II en el sóleo izquierdo” del charrúa, lo que en buen romance significa que se había desgarrado y que de movida tendría 21 días de rehabilitación. El próximo sábado, cuando se dispute en la Bombonera el superclásico con River, se cumplirá exactamente un mes de aquel diagnóstico y el entrenador Diego Martínez enciende velas para que Cavani, un jugador al que necesita como el agua, sea titular.
El oriental ya se sumó al grupo y se entrena a la par, pero los próximos entrenamientos serán claves para saber si está al 100% para saltar al campo desde el vamos. Para el duelo con Racing del pasado sábado se había barajado con la posibilidad de que sumara minutos, aunque finalmente quedó descartado de la convocatoria.
Ahora, con la seguridad de que va a ser citado con Martínez, la incógnita pasa por saber si integrará el once inicial. El objetivo es que cumpla todas las prácticas de aquí al día del partido con normalidad.
El delantero ya se entrena a la par y se espera que sea titular con River.
El último compromiso que disputó Edinson fue el 10 de agosto ante Independiente Rivadavia, en el que no fue reemplazado. Luego sorprendió su no presencia en el clásico con San Lorenzo que Boca ganó 3-2 en su casa, aunque la confirmación de su lesión llegó tres días después y ya tampoco integró el elenco Auriazul en los compromisos por el torneo local contra Estudiantes, Rosario Central y Racing.
Hay que recordar que tampoco se lo contó para el trascendental duelo con Cruzeiro por la vuelta de los octavos de la Copa Sudamericana, el 22 de agosto, donde Boca cayó por penales y quedó afuera del gran objetivo que se había trazado para este año. En ese certamen Cavani también jugó salteado ya que no estuvo en 4 partidos, aunque concretó nada menos que 5 tantos en 6 apariciones. Esa es una muestra concreta de la incidencia del uruguayo en el andamiaje de Martínez y en el ánimo general de un plantel golpeado por el fracaso a nivel internacional y por la infructuosa búsqueda de un funcionamiento y una idea de juego distintivos.
En la Liga Profesional afrontó nada más que 5 choques de 14 fechas disputadas y aportó 2 goles. Con él en el elenco, Boca no perdió: obtuvo 2 triunfos y 3 empates. El River de Marcelo Gallardo puede marcar un antes y un después en la historia de Diego Martínez. Por eso, el ex DT de Huracán requiere de la jerarquía y la potencia goleadora de Cavani para obtener un triunfo que lo fortalezca.
El último antecedente del atacante contra el Millonario es esperanzador, ya que fue carta clave en el 3-2 por los cuartos de final de la Copa de la Liga, además de marcar el segundo gol de esa tarde en Córdoba. En su cabeza y en la de todos los identificados con Boca está la idea de concretar un regreso triunfal que recree aquella alegría.