La devaluación de Brasil favorece a los turistas argentinos, pero complica las exportaciones a ese país

El dólar llegó a casi seis reales, el valor más alto desde 2020, y se espera un impacto en la economía argentina. Viajar a Brasil es más barato, con la consiguiente salida de dólares. Y se encarecen nuestras exportaciones.

La devaluación de Brasil que colocó al dólar en seis reales, el valor más alto desde el 2020, enciende una señal de alarma en la Argentina por el impacto que esas medidas pueden tener sobre la economía local, en su condición de principal socio comercial.

La moneda brasileña sumó una pérdida de 2,6% en lo que va de noviembre y acentuó un proceso que se extiende desde principios de año. Ahora, la estocada final fue consecuencia de un paquete de ajuste anunciado por el presidente Lula da Silva que prevé un recorte de gastos, la exención del impuesto sobre la renta para los contribuyentes que ganan hasta 5.000 reales y un mayor aporte previsto para aquellos más acaudalados.

Según los expertos, el primer efecto a considerar de la devaluación del real en la Argentina es su impacto en el nivel del tipo de cambio local que se aprecia -desde principios de año- al 2% mensual. A ese llamado crawling peg, el gobierno de Javier Milei busca reducirlo al 1% siempre y cuando logre bajar la inflación.

Sin embargo, los analistas, advierten por otros efectos negativos para la economía argentina como por ejemplo en el turismo.

“Por el lado de los servicios -explica el economista Juan Pablo Ronderos, de la consultora MAP Latam- la devaluación del real hace que hoy viajar a Brasil, para los argentinos, sea más barato. De cara a la próxima temporada verano, en la mayoría de los rubros asociados al gasto por vacaciones, como hotelería, excursiones, gastronomía y entretenimiento, los precios en dólares van a ser menores en el país vecino que en el mercado doméstico”.

“En este contexto, es esperable que la salida de dólares aumente entre diciembre de este año y febrero del 2025 por turismo emisivo”, agregó.

Por el contrario, habrá pocos brasileños dispuestos a vacacionar en la Argentina, encarecida para sus bolsillos. Es decir, la medida va a potenciar el déficit de la balanza turística, que ya suma un rojo de US$ 8.000 millones para este año.

Por otro lado, Marcelo Elizondo, analista de la consultora DNI advierte: “En este esquema se hacen más caras nuestras exportaciones a Brasil sobre todo las manufacturas industriales y también de servicios”, dice.

“Además del turismo, otro impacto es la presión sobre el tipo de cambio. Si el dólar se fortalece en el mundo y los países emergentes (sobre todo con los que Argentina tiene más vínculo) empiezan a abaratar sus monedas nacionales, eso genera una presión adicional para que la Argentina avance más rápido en las reformas estructurales”, agrega.

“Si mantiene el tipo de cambio actual, se deberá avanzar en la reformulación de impuestos, en la desregulación y en una reducción de costos de todo tipo”, opina Elizondo. Y explica también que “el ingreso de la inversión extranjera en Brasil se hace más conveniente para Brasil”. Todo eso genera presión sobre el tipo de cambio. “Por ahora resiste porque tiene fundamentos sólidos en el mercado cambiario mientras dure el cepo”, advierte el analista.

Sobre la complicación adicional para la exportaciones, Ronderos puntualiza: “En un contexto en el que el tipo de cambio local no se ha ajustado a la misma velocidad que la marcha de los precios domésticos, la inflación erosionó prácticamente la totalidad de la competitividad ganada con la devaluación del peso argentino en diciembre del año pasado. A esta situación se suma ahora el abaratamiento de los bienes brasileños, lo que podría generar un desvío de compras de otros países en favor de los productos fabricados por la principal economía sudamericana -ahora más atractivos-, en detrimento de los argentinos”.

“Visto desde el lado de los importadores locales, la corrección cambiaria en Brasil también permitirá realizar compras en dicho país a menor costo, favoreciendo la demanda de productos del país vecino en los próximos meses, en particular de bienes finales, como los autos. Tras prácticamente todo un semestre (marzo/agosto-24) favorable para Argentina en lo que respecta a la balanza comercial bilateral, el resultado se volvió deficitario para nuestro país en los últimos meses. Ahora, con la depreciación del Real, esta dinámica negativa podría profundizarse hacia adelante, acrecentando el rojo comercial bilateral”, señala.

La balanza comercial entre los dos países

Entre 2015 y el 2014, el monto promedio anual de las exportaciones fue US$ 12,6 mil millones, de los cuales más del 40% corresponde a vehículos y accesorios. En tanto, las importaciones (en dólares constantes de octubre de este año) alcanzaron un promedio anual de US$16,7 mil millones, según datos de la consultora Analytica en base a Comtrade.

Para Guido Zack, director de Economía de Fundar, “la devaluación de Brasil es una señal de alarma para la economía argentina. A las mismas razones que esgrimen los analistas consultados, suma que “además, el tipo de cambio argentino hoy luce bastante bajo. Es similar al de la Convertibilidad hasta 1999, cuando entonces Brasil devaluó. Eso le puso una presión al tipo de cambio argentino y reveló que la Convertibilidad ya no era sostenible”.

En cuanto al impacto en los distintos sectores, el analista hace una diferenciación: “Obviamente la devaluación de la moneda brasileña podría afectar las exportaciones y las importaciones pero el efecto real será según, si la situación es transitoria o permanente”.

“Si la situación es transitoria solo impactará en el turismo. Si es permanente, ahi sí puede afectar las decisiones de inversión y de producción de las empresas. En este caso, sectores como el automotriz, podría ser uno de los mas afectados junto con las manufacturas de origen industrial”, consideró.

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