Mantener la mente activa con juegos de palabras, rompecabezas o lectura puede ayudar a reforzar la memoria a medida que envejecemos, aunque la ciencia aún no define con certeza si estas actividades previenen el deterioro cognitivo. Según la psicóloga Jennifer O’Brien, de la Universidad del Sur de Florida, estudios han demostrado que quienes realizan actividades cognitivamente estimulantes tienen menos probabilidades de sufrir pérdida de memoria, pero otros factores, como el ejercicio y la interacción social, también juegan un papel clave.

La neurocientífica Joyce Gomes-Osman destaca que no hay evidencia concluyente de que una actividad sea mejor que otra, pero recomienda elegir aquellas que desafíen las habilidades que más cuestan, como los rompecabezas espaciales para mejorar la percepción visual o el bordado para la motricidad fina. “El cerebro responde mejor a actividades que son relevantes y satisfactorias para la persona”, explica.
Además de los desafíos mentales, la Comisión Lancet identificó 14 factores de riesgo modificables que influyen en la aparición de la demencia, incluyendo la inactividad física, la obesidad, la hipertensión y la depresión. Greg Cooper, neurólogo y director del Centro de la Memoria del Instituto de Neurociencia Norton, subraya la importancia de un enfoque integral que combine estimulación cognitiva con ejercicio, una dieta saludable y compromiso social.
Para quienes disfrutan de crucigramas, manualidades o juegos de palabras, no hay razón para dejar de hacerlos. “Aunque no está claro cuánto protegen la memoria, si te hacen feliz y te mantienen ocupado, pueden ser beneficiosos”, concluye O’Brien.