El atacante campeón del mundo sigue sin renovar su contrato con Roma.

PAULO DYBALA lleva varios meses en el ojo de atención del mundo Boca, sobre todo desde que nacieran las negociaciones y luego se concretara la llegada de su amigo Leandro Paredes.
La Joya siempre es nombrada en el Xeneize en tiempos que orbitan los mercados de pases y no es para menos: su amigo Paredes, ex compañero en Roma, siempre intenta convencerlo de venir a jugar con él con la camiseta azul y oro.
Mientras se supo semanas atrás que Dybala rechazara una fortuna desde el fútbol de Arabia Saudita, el volante central se sinceraba: “Me encantaría que juegue en Boca por la clase de jugador y de persona que es, porque sé que para él también sería un sueño, pero obviamente no me meto en las decisiones de los demás, cada uno tiene su carrera, su vida. Si le tocara venir, bienvenido sea”.
Ahora, desde Italia, llegaron novedades: Dybala sigue sin renovar su contrato con Roma y por eso crecen los rumores de su llegada a Boca.
Su mujer Oriana Sabatini incluso habló respecto de esa posibilidad y de su rol en la decisión: “No depende de mí; primero tienen que llamarlo”. Luego de la insistencia en la entrevista que dio en un programa argentino, la pareja de la Joya expresó: “Se necesita algo más que una simple llamada. No se conocen. No vendrá sólo porque se lo digan, tienen que ponerse en contacto con él. Obviamente tienen que llamarlo, pero él también tiene que quererlo”.
En una ampliación de la información que reprodujo La Gazzetta dello Sport, se supo que Dybala no tiene la intención de dejar Roma en este momento, aunque el tema de la renovación de su vínculo contractual quedó estancado.
El contrato del atacante campeón del mundo expirará en 2026 luego de la extensión automática que se efectuó durante la temporada pasada. La posibilidad latente es repartir el salario de 8 millones de euros más bonos hasta el año 2027.
Se entiende que desde Roma hablarán con el jugador una vez finalizado el mercado de pases, o hasta incluso podría esperarse que lo conversaran más adelante.
La estimación es que, además de otras cuestiones, evaluarán la adaptación de Dybala, de 31 años, al ritmo del nuevo Roma en torno a su estado físico.
Más allá de la presión de su amigo Paredes, tanto privada como pública, por el momento no se avizora el regreso de Dybala a la Argentina, donde nunca jugó en la Primera División.
