Antes de decidir dónde acariciar a un perro, es importante hacer foco en su lenguaje corporal, ya que cada animal tiene sus propias preferencias, relacionadas con su vivencia, personalidad y edad.

Los perros no son solo mascotas, sino compañeros leales que brindan afecto incondicional. Sin embargo, no todas las caricias resultan igual de agradables para ellos; según expertos en comportamiento canino, elegir correctamente el lugar donde se acaricia puede marcar la diferencia entre un gesto común y una experiencia placentera para el animal.
Los especialistas destacan que observar las reacciones del perro ante distintos tipos de contacto permite identificar sus preferencias y asegurar que la interacción sea agradable y respetuosa, fortaleciendo así la relación de confianza y afecto mutuo.
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Así, antes de decidir dónde acariciar a un perro, es importante hacer foco en su lenguaje corporal. Cada animal tiene sus propias preferencias, relacionadas con su personalidad, su edad y sus vivencias anteriores.
Observar la postura, la suavidad del cuerpo y el movimiento de la cola puede anticipar si el perro está relajado y abierto a la interacción: si el animal presenta las orejas hacia atrás o mantiene el cuerpo rígido, lo mejor es respetar su espacio sin intentar acercamientos.
