Bolivia logró la hazaña: le ganó a Brasil en los 4100 metros por un penal polémico y jugará el repechaje del Mundial 2026

El seleccionado “Verde” le ganó al equipo de Carlo Ancelotti y aprovechó la dura caída de Venezuela ante Colombia por 6-3

FP10


Bolivia logró un objetivo que cualquiera podía considerar una utopía. Para meterse en el séptimo lugar, el que lo llevara al repechaje rumbo al Mundial 2026, primero debía ganarle a Brasil en El Alto y, aunque lo consiguiera, debía esperar que Venezuela no venciera a Colombia. Y se dio esa combinación, sí. Aunque con una polémica que se recordará por mucho tiempo. Un penal por demás discutible, convertido por Miguel Terceros, le alcanzó para vencer al equipo de Carlo Ancelotti (con muchos suplentes) y los cafeteros lo ayudaron con el loco triunfo en Maturín: perdía 0-1 y 1-2, pero lo revirtió y terminó ganando 6-3. Justo, en días en los que la Federación Boliviana apoyó a la Conmebol por el fallo contra Independiente…

Bolivia está cerca de la cita mundialista. Así, en marzo, y en México, encarará el innovador sistema para tratar de clasificarse después de 32 años ausente de los Mundiales, tras un único paso en Estados Unidos 1994. Pugnará junto a otras cinco selecciones: dos pertenecientes a Concacaf, uno de Asia, un africano y otro de Oceanía (ya está confirmado Nueva Caledonia). Según su ranking FIFA, que hoy es N°78, y el de los demás, jugará semifinales o la definición. ¿De qué depende? Los cuatro peores ubicados disputarán una semifinal y los dos mejores esperarán a los ganadores en la final. Los que ganen sendos duelos irán a la Copa de Norteamérica. Es decir, el camino complejo de Bolivia no terminó. Y no tendrá a su estadio como fiel aliado…

Sonó el himno boliviano y las lágrimas de emoción en varios de los futbolistas anfitriones dio cuenta del enorme significado que tenía el encuentro. Una carga de años sin mundiales y un seleccionado siempre subestimado por su escasez de calidad, pero con un sueño enorme por el que, evidentemente, darían todo una vez más ante su público, también conmovido.

En los primeros minutos la Canarinha manejó la pelota y comenzó a asustar al local con la obtención de un tiro de esquina tempranero. Sin embargo, desde ahí, Bolivia empezó a jugar a lo que sabe: hacer correr la pelota para empezar a cansar a los de enfrente y, sobre todo, a probar al arco desde media distancia, con un remate de Robson Matheus que exigió a Alisson. Luego, un tiro libre sorpresivo y demás acercamientos que empezaron a levantar al público. También, respecto a las tribunas, el entusiasmo comenzó a crecer a raíz de lo que se preveía: el oído estaba en Maturín. Las noticias no eran buenas, ya que en 12 minutos ya ganaba Venezuela. Sin embargo, se trató de una ráfaga de tres goles que incluyó un empate parcial de Colombia. Por lo tanto, el 2-1 les brindaba la pauta de que allí todo podía ocurrir. Pero había que hacer la propia tarea, claro.

Bruno Guimaraes fue pintoresco con su técnica y algún lujo, pero -como a los compañeros- le costó prolongar las intenciones ofensivas: le cobraron el penal polémico del gol local.
Bruno Guimaraes fue pintoresco con su técnica y algún lujo, pero -como a los compañeros- le costó prolongar las intenciones ofensivas: le cobraron el penal polémico del gol local.AIZAR RALDES – AFP

El local, entonces, profundizó su búsqueda. Tuvo otra situación, la más peligrosa, que llevó al público verde a aumentar el entusiasmo. Una maniobra individual de Moises Paniagua de izquierda al medio desembocó en la asistencia abierta para Miguel Terceros, que remató fuerte al primer palo y encontró una nueva respuesta del arquero de Liverpool.

El juego se mantuvo en esa tónica, con Brasil logrando llegar al arco de Carlos Lampe de forma muy liviana una única vez en el primer tiempo y con una resistencia defensiva casi completa de sus jugadores de campo. Tras algunos intentos bolivianos que no se basaron en otra cosa que de lanzamientos de media distancia forzados, el entretiempo asomaba sin sorpresas, aunque con la situación más alentadora: Colombia había logrado la igualdad. Hasta que, antes de que Bolivia se dispusiera a patear un tiro libre que cerrara la primera mitad, el juez se puso su mano en el oído y llegó un llamado del VAR que nadie esperaba. Una acción polémica que tuvo como protagonista a Bruno Guimarães, que tocó apenas al lateral Roberto Fernández con la pierna, aunque no pareció ser suficiente para derribarlo como se lo vio al futbolista local. El juez chileno Cristian Garay Reyes la vio en el monitor y, sin dudar, cobró penal. La agarró Terceros, abrió el pie contra el palo derecho de Alisson e infló la red en el tercer minuto de descuento. El público, explotó. Y ahora comenzaba el sufrimiento de tener a Brasil enfrente y seguir mirando de reojo Maturín.

De todas formas, en los 15 minutos del entretiempo, varios se hicieron eco rápidamente del llamativo comunicado que sacó la Federación Boliviana de Fútbol hace apenas unos días, metiéndose en el medio de la determinación que tomó Conmebol de eliminar a Independiente de la Copa Sudamericana tras el escándalo que se vivió en Avellaneda con la hinchada de Universidad de Chile: desde La Paz apoyaron a la entidad madre, con un enfático apoyo al presidente Domínguez. “La FBF rechaza las declaraciones emitidas por Independiente y expresa su pleno respaldo al presidente de la CONMEBOL -Ing. Alejandro Domínguez y a los órganos disciplinarios de la Confederación”, inició. “Recordamos a los clubes e instituciones su deber de cumplir estrictamente con los protocolos de seguridad y con las normas que rigen nuestras competiciones. Nadie está por encima de las reglas”, agregaron las autoridades bolivianas, entre otras expresiones.

Apenas iniciado el segundo tiempo, en El Alto llegó una nueva grata noticia: el tercer gol colombiano lo acercaba aún más al repechaje. Brasil, en tanto, se adelantó en busca de la igualdad y eso mantuvo la tensión, por más que no lograra claridad contra el arco de Lampe. Incluso, cuando diez minutos después apareció un cuarto gol de Colombia, había una certeza: todo estaba en sus manos. No obstante, ningún gol cafetero fue gritado en las tribunas bolivianas. Claro, un empate de Brasil apagaba las ilusiones, por más goles que recibiera Venezuela.

Ni que hablar cuando Ancelotti decidió los ingresos de Raphinha, João Pedro y Estêvão (junto al central Marquinhos), titulares absolutos, para la última media hora. Si un gol era un riesgo, ahora más. Si bien la altura permite equiparar las cuestiones, a los 20 minutos la Canarinha avisó con un remate de Guimarães desde lejos, controlado por el exarquero de Boca.

Cada acercamiento de Brasil, que no mereció empatar, tenía una particularidad: desde la tribuna caían pelotas para cortar la ofensiva. Lo que fuera por estar. Y si bien tuvo un cabezazo peligroso de Carmelo Algarañaz que volvió a obligar a Alisson a un tapadón, le alcanzó el 1-0. Aquella polémica que perdurará fue la clave.

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