Casta, dolarización y cierre del Mercosur: Milei matiza su discurso para captar a moderados e indecisos

Mientras el Gobierno y Juntos por el Cambio aplican la “estrategia del miedo” contra el libertario, en La Libertad Avanza empezaron a explicar y relativizar sus ideas. Cuáles son los voceros y los principales conceptos bajo la mira

Pasada la etapa de festejos por el triunfo en la PASO y con la mirada puesta en las elecciones generales del 22 de octubre, La Libertad Avanza (LLA) empezó a poner en marcha la estrategia para seducir al electorado moderado y/o indeciso. Saben que el acaudalado piso que obtuvieron en el primer turno electoral está poblado de ciudadanos enojados, que estuvieron y están dispuestos a votarlo basados, en gran parte, en el rechazo a las fuerzas políticas que gobernaron durante los últimos 20 años. Pero ahora, para sumar votos, se ven compelidos a seducir a los ciudadanos que dudan sobre la aplicabilidad de las ideas libertarias, de la capacidad de Javier Milei para llevarlas a cabo; y que son permeables a las advertencias de los otros partidos.También aspiran a convencer a los que sospechan de las inconsistencias discursivas, empezando por el concepto de “casta”, que se vio desdibujado durante las últimas semanas, a medida que ingresaron al espacio cada vez más dirigentes con frondosas y extensas carreras en el ámbito público.

Si bien todavía no empezaron a encargar encuestas -”Estamos esperando que baje la espuma”, explicó un candidato-, consultan seguido los estudios de opinión pública que les hacen llegar analistas amigos en los que confían. Milei ganó las PASO por -casi- el 30%, pero su margen sobre los candidatos del Gobierno y de Juntos por el Cambio está lejos de ser holgado (en ninguno de los dos casos supera los 3 puntos) y, si bien se muestra confiado por haber sido el candidato más elegido y liderar la fuerza más votada, sus asesores llegaron a la conclusión de que ahora la tarea principal será convencer a los electores que se inclinaron en las primarias por los candidatos de centro: Horacio Rodríguez Larreta, que quedó fuera de la contienda, y el postulante del oficialismo, Sergio Massa.

Las primeras alarmas sonaron después de las PASO. Hasta el 13 de agosto, Milei había logrado llamar la atención en cientos de entrevistas televisivas y en mensajes por las redes sociales con un discurso espontáneo y disruptivo. Y en los días posteriores a la victoria volvió al ruedo con la misma diatriba. Sin embargo, para entonces ya no era un candidato antisistema con relativa intención de voto, sino que se había transformado en el favorito para alcanzar la Presidencia. Y las repercusiones se potenciaron a niveles nunca vistos en el espacio.

Por ejemplo, cuando dijo que su plan era cerrar el CONICET, varios en su entorno se agarraron la cabeza al presenciar los efectos que había provocado, aunque nadie se atrevió a salir a relativizar el mensaje. El principal antecedente había sido su polémico comentario a favor de la venta de órganos, pero entonces el escenario era diferente. Básicamente, porque su fig

El plan está en marcha. Para empezar, en LLA anularon toda difusión de los detalles de las políticas públicas que planifican. Ante distintas consultas de Infobae por los planes para los distintos ministerios, la respuesta siempre es la misma: “No vamos a abundar sobre detalles técnicos de la gestión”. Por ejemplo, Sandra Pettovello, que estará encargada del -posible- ministerio de Capital Humano, no dio una sola entrevista, y no tiene planeado hacerlo en el corto plazo. Su cartera es una de las más sensibles, y ella misma eligió resguardarse.

Uno de los estrategas libertarios explicó el razonamiento detrás de la táctica de la reserva, que deriva de la lenta pero creciente profesionalización de la campaña. : “Ninguno de los candidatos de las otras fuerzas está explicando el detalle. ¿Por qué deberíamos hacerlo nosotros? Eso va a quedar para más adelante. No nos vamos a comer la liebre antes de cazarla”, ilustró el armador.

ura no estaba en el centro de la agenda política nacional y no tenían tanto para perder.

Además de activar el modo cautela, pusieron en marcha las explicaciones. En las últimas semanas, se asignaron encargados de prensa a cada uno de los (posiblemente) futuros ministros. Apuntan a que empiecen a salir a la cancha más seguido los especialistas del espacio, y que cada uno se aboque, dentro de lo posible, a su tema. Milei se ocuparía primordialmente, aunque no de manera exclusiva, de los temas económicos. “Tenemos que darle mayor volumen a La Libertad Avanza como espacio. Hoy es básicamente sólo Javier, y eso tiene que ir cambiando”, deslizó un armador.

Los encargados de moderar y explicar con mayor profundidad y racionalidad los planes de la derecha son los asesores y potenciales funcionarios de un eventual gobierno de LLA, que en las últimas semanas salieron a aclarar los conceptos más llamativos. Además de la clase política, hablaron de los tiempos de aplicación de las políticas públicas más vistosas, como la dolarización y la clausura del Banco Central, y los polémicos planes que deslizó el líder para las relaciones internacionales.

“Hay que entender que las propuestas de la administración no suceden por arte de magia. La dolarización tardaría entre nueve meses y dos años en hacerse realidad”, suavizó, días atrás, Ramiro Marra, el experto en finanzas y socio de Milei designado como candidato a la jefatura de Gobierno de la Ciudad. Mientras que la economista Diana Mondino, que se perfila como posible ministra de Relaciones Exteriores, relativizó la semana pasada, en una charla con la Bolsa de Comercio de Córdoba los explosivos planes que había deslizado su jefe político al medio internacional Bloomberg sobre la futura ruptura de los lazos con China y la eliminación del Mercosur, el bloque regional cuyos principales socios son Brasil y Argentina, que el economista había calificado como “unión aduanera defectuosa”.

Ramiro Marra
Ramiro Marra

También en privado explican o intentan convencer a sus interlocutores de que las propuestas más insólitas de Milei no fueron planes de gobierno concretos. “Lo de la venta de órganos fue más una discusión filosófica sobre el liberalismo. No significa que lo vaya a hacer”, le dijo a Infobae esta semana uno de los principales colaboradores del líder. En ese momento nadie se se atrevió a desmentir a Milei en público, a pesar de que justamente sobre esos conceptos radicales se paran desde la oposición y el oficialismo para evitar que crezca la intención de voto de su principal rival. Hoy, en LLA intentan disminuir al mínimo los riesgos y darles a sus oponentes la menor cantidad posible de excusas para que condenen al líder por “locura” y audacidad.

“Esto no va a significar claudicar en nuestras ideas. Sabemos lo que queremos hacer y lo vamos a hacer”, aclararon en el círculo íntimo de Milei. Pero la necesidad manda y ya empezaron a matizar las nociones más ruidosas para intentar desactivar la aplicación del mote de “loco” de parte del Gobierno, con Sergio Massa a la cabeza, y neutralizar las acusaciones de impracticabilidad de sus propuestas que le adjudica Juntos por el Cambio bajo el liderazgo de Patricia Bullrich.

Versiones de la “casta”

El famoso juicio de Milei contra la “casta” empezó a quedar bajo cuestionamiento con la incorporación de cada vez más referentes que tuvieron frondosas y extensas carreras en el ámbito público. Desde Carlos Rodríguez, a Guillermo Francos, Roque Fernández, Darío Epstein, Emilio Ocampo y la diputada nacional Carolina Píparo, que si bien en entró a la política partidaria como outsider lleva 10 años en cargos públicos y LLA es la tercera fuerza política que integra después de su paso por Juntos por el Cambio y Avanza Libertad, el espacio de José Luis Espert.

“Estamos fallando en explicar qué es la casta. Para nosotros no aplica a todo aquel que pasó por la función pública, eso es muy simplista. Es todo aquel que necesita del Estado para vivir, que busca perpetuarse porque saca rédito económico y hace negocios con la plata de todos”, decía la semana pasada uno de los principales asesores de Milei en términos de campaña. Y ayer, Píparo se encargó de explicar en primera persona y en público la postura sobre la dirigencia política: “Mi concepto de casta es mío. No es que para mí toda la casta está mal. O sea, yo siempre creo que tiene que ser una combinación de gente que ha venido de la política con gente que renueve la política. Entiendo que Milei se refiere a otro concepto de casta, yo por eso no utilizo esa palabra”, sostuvo en un diálogo con Infobae.

Suavizar o relativizar los tiempos de aplicación de las propuestas más llamativas tiene sus bemoles, como la circulación del apodo “Javier Delay” (atraso) en redes sociales. Pero en la cuenta final, en el espacio creen que tienen más que ganar bajando los humos. Están convencidos de que mantendrán, sin falta, el piso de casi 30 puntos que los llevó a la victoria. Ahora necesitan crecer, y por eso morigeran su discurso ante un electorado disconforme que desea un cambio profundo, pero puede dudar de dar un salto a la oferta más radical del espectro político.

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