La declaración del padre de Máximo Thomsen en el estreno del documental “50 segundos: el caso Fernando Báez Sosa” volvió a encender la polémica sobre lo ocurrido aquella noche trágica del 18 de enero en Villa Gesell y sobre el rol que tuvo su hijo en el crimen.
En su intervención, Javier Thomsen insiste en que “no hubo un plan” para matar al joven estudiante de Derecho y sostiene que su hijo terminó señalado como el principal responsable desde el primer momento: “Mi hijo era el actor perfecto para el relato que se escribió el sábado a la noche”.

Según su punto de vista, la imagen de Máximo calzó de inmediato en el estereotipo socialmente asociado a los rugbiers: “Más rubiecito, más parecido al estereotipo de rugbier, el apellido…”, enumeró.
