La investigación judicial por supuesto lavado de dinero expuso movimientos de dinero de varios clubes de la primera división del fútbol argentino, ya que “Sur Finanzas” a parece ligada a transferencias dudosas. La trama muestra ramificaciones en millonarios negocios asociados al simple juego de patear una pelota.

El escándalo desencadenado por la financiera Sur Finanzas alcanzó esta semana a varios de los clubes muy populares del fútbol argentino. Lo que comenzó como una denuncia de la Dirección General Impositiva (DGI) por movimientos sospechosos en una billetera virtual, derivó en una investigación judicial que puso en jaque operaciones millonarias entre entidades deportivas. La magnitud de los giros y la forma de canalizarlos dispararon alarmas por posible lavado de activos y evasión fiscal.
Entre los clubes comprometidos figuran San Lorenzo de Almagro, Racing Club y Argentinos Juniors, que según los registros transfirieron —a través de Sur Finanzas— sumas significativas: 660 millones de pesos en el caso de San Lorenzo, 100 millones en el de Racing, y 200 millones en el de Argentinos Juniors. Incluso clubes del ascenso también aparecen, como Temperley y Deportivo Morón, aunque con montos menores. El operativo de este lunes incluyó 19 allanamientos dispuestos por el juez federal Luis Armella, entre ellos la sede central de Sur Finanzas, en Adrogué, y oficinas de algunos clubes. La causa, que también tiene como eje la transferencia al exterior del futbolista Agustín Urzi, investiga si la financiera actuó como agente de liquidación y evasión fiscal, usando estructuras de sociedades y monotributistas de escasa capacidad económica. El titular de esta financiera Ariel Vallejos es un hombre que siempre se mostró cercano públicamente al titular de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, y hasta ahora sigue sin dar la cara ante las acusaciones.
Ahora, no se trata únicamente de números. La causa desnuda un entramado que vincula la necesidad urgente de liquidez de muchos clubes con un circuito financiero opaco. Esa combinación, hasta ahora tolerada o invisibilizada, expone cómo recursos que deberían ser trazables pueden transitar por plataformas como Sur Finanzas, sin control suficiente
Para el fútbol argentino, este escándalo representa un punto de inflexión. Más allá de posibles sanciones judiciales, la exposición pública de estos movimientos cuestiona la transparencia de la dirigencia deportiva y desata un debate urgente sobre la regulación financiera de los clubes. En medio de la pesquisa, el calendario de partidos, los contratos y hasta la credibilidad de varias instituciones quedaron bajo sospecha.
