Commander, el ovejero alemán mascota de Joe Biden, fue echado de la Casa Blanca porque mordió a más de 10 personas, entre personal del lugar y agentes del Servicio Secreto. Elizabeth Alexander, vocera de la primera dama, comunicó que “Commander no se encuentra actualmente (en la Casa Blanca), mientras se evalúan las próximas decisiones”. Además, aclaró que tanto el presidente estadounidense, como su esposa, “están muy comprometidos con la seguridad de todo el personal de la Casa Blanca y de los que los protegen todos los días”.
El ovejero alemán que le regaló su familia al estadounidense estuvo en la Casa Blanca al menos hasta el sábado. Ahora, no se sabe dónde lo enviaron, pero el cachorro de 2 años no podía estar con gente, ya que al parecer no le gustan los extraños y mordió a 11 personas.
La situación se dio a conocer después de que la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, fuera consultada al respecto de un nuevo ataque de Commander a un trabajador del establecimiento presidencial. Si bien no respondió en el momento, derivó esas preguntas a Elizabeth Alexander, a cargo de la comunicación de la primera dama
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Los ataques de Commander fueron noticia durante las últimas semanas. De hecho, la vocera de la primera dama explicó sobre el último incidente, que el perro presidencial y el jefe de jardinería de la Casa Blanca estaban jugando y salió lastimado, aunque no fue grave. La CNN se encargó de difundir todos los accidentes en los que estuvo involucrado el ovejero alemán y varios medios de comunicación replicaron las noticias. El más reciente ocurrió hace poco, a fines de septiembre, cuando un miembro del pasó por la enfermería de la Casa Blanca. El más grave, quizás, fue en noviembre, cuando otro agente quedó hospitalizado con mordidas en sus brazos y piernas.
La CNN se encargó de difundir todos los accidentes en los que estuvo involucrado el ovejero alemán y varios medios de comunicación replicaron las noticias. El más reciente ocurrió hace poco, a fines de septiembre, cuando un miembro del servicio secreto pasó por la enfermería de la Casa Blanca. El más grave, quizás, fue en noviembre, cuando otro agente quedó hospitalizado con mordidas en sus brazos y piernas.