Además, el Sumo Pontífice opinó del conflicto bélico que se desarrolla en Israel y volvió a manifestar sus deseos de venir al país.
A menos de una semana que se realicen las elecciones presidenciales en nuestro país, el papa Francisco brindó una entrevista en la que dejó varias definiciones políticas. Negó ser comunista, expresó su deseo de visitar Argentina y opinó del conflicto bélico en Israel.
En diálogo con Télam, el Sumo Pontífice se hizo eco de las declaraciones realizadas el mes pasado por el líder de La Libertad Avanza, Javier Milei, donde expresó que “el Papa juega políticamente. Tiene fuerte injerencia política. Ha demostrado además una gran afinidad con dictadores como Castro o Maduro“.
Sin mencionar a Milei, Francisco precisó: “A veces cuando me escuchan decir las cosas que escribí en las encíclicas sociales, dicen que el Papa es comunista. No es así. El Papa agarra el Evangelio y dice lo que dice el Evangelio“.
Por esa línea, añadió: “Yo le tengo mucho miedo a los flautistas de Hamelin porque son encantadores. Si fueran de serpientes los dejaría, pero son encantadores de gente y la terminan ahogando. Gente que se cree que de la crisis se sale bailando al son de la flauta, con redentores hechos de un día para el otro”.
“A veces los chicos y las chicas se aferran a milagros, a Mesías, a que las cosas se resuelven de manera mesiánica.El Mesías es uno solo que nos salvó a todos. Los demás son todos payasos de mesianismo. Ninguno puede prometer la resolución de conflictos, si no es a través de las crisis saliendo hacia arriba”, argumentó.
En otro tramo de la entrevista, el Papa expresó sus deseos de visitar Argentina. “Me gustaría ir. Hablando de los más lejos, me queda Papúa Nueva Guinea. Pero alguno me decía que, ya que voy a Argentina, haga escala en Río Gallegos, después el Polo Sur, aterrizar el Melbourne y visite Nueva Zelanda y Australia. Sería un poco largo”.
Ante el conflicto que se desata en estos días en Israel por la invasión de Hamas, el líder de la Iglesia católica se lamentó por lo que está sucediendo. “Desde que terminó la Segunda Guerra Mundial hasta ahora hubo guerras en todos lados. Esto fue lo que me llevó a decir que estamos viviendo una guerra mundial a pedacitos“, lanzó.
“Siempre hablamos de la fe, la caridad y el amor. Y la esperanza es la de la cocina, pero precisamente porque es la de la cocina es la de todos los días. No solo no hay que perder la esperanza, sino que hay que cultivarla“, cerró.