El Pepo cumplió su sentencia con prisión domiciliaria por la muerte de dos personas en un accidente de tránsito que provocó por manejar intoxicado.
Rubén “El Pepo” Castiñeiras fue liberado este lunes tras cumplir la pena que se le había impuesto por el doble homicidio culposo de Ignacio Abosaleh y Nicolás Carabajal, que murieron en un accidente de tránsito cuando viajaban en un auto que el cantante manejaba.Según indicó el abogado del cantante, Marino Alejandro Cid Aparicio, el Pepo fue liberado tras agotar su pena con el beneficio de la prisión domiciliaria porque la sentencia había sido apelada en la Suprema Corte de Justicia, y ésta ya había sido cumplida.
El cantante había sido condenado en 2022 a cumplir cuatro años y siete meses de prisión por el delito de “homicidio culposo séxtuplemente agravado”.
El acuerdo había sido alcanzado en un juicio abreviado, homologado por el juzgado en lo correccional 3 de Dolores, que en su fallo señaló que Castiñeiras condujo de manera “imprudente, negligente y antirreglamentaria, bajo efectos de estupefacientes y con un nivel de alcoholemia de 1.02 de alcohol en sangre”.
Además, se lo inhabilitó para conducir vehículos por el término de diez años y pago de las costas procesales, con más la declaración de reincidencia; y se lo obligó a realizar “un tratamiento psicológico/psiquiátrico” que atienda a “las particulares circunstancias de salud certificadas en el proceso”.
El caso por el cual ‘el Pepo’ estaba preso
El siniestro vial ocurrió en la madrugada del sábado 20 de julio del 2019 en la ruta provincial 63, a la altura del partido bonaerense de Dolores, mientras el Pepo manejaba el vehículo con su grupo a bordo hacia una gira en la localidad balnearia de Villa Gesell.
Durante el juicio se confirmó que el Pepo perdió el control del vehículo cuando intentó esquivar un animal en la ruta, y volcó en una zanja.
El cantante y Romina Candia, corista de la banda, sólo sufrieron lesiones, pero el manager Ignacio Abosaleh y el trompetista, Nicolás Carabajal, fallecieron en el acto.
En el juicio se acreditó que ambas víctimas fatales estaban dormidos y viajaban en la parte trasera de la camioneta Honda CRV blanca sin el cinturón de seguridad abrochado.