La baja de la tasa de política monetaria impactará en el resto del sistema. Además, se eliminó la tasa mínima para estos depósitos a plazo, con lo que los bancos podrán ofrecer el rendimiento que estimen conveniente, algo que se espera traiga más competencia entre las entidades
El Banco Central decidió esta noche modificar la tasa de política monetaria: a partir de mañana 12 de marzo, la tasa de interés de política monetaria, correspondiente a los pases pasivos, se fija en 80% de tasa nominal anual (TNA).La tasa de interés de los plazos fijos tendrá una baja similar también desde mañana mismo, del 110% anual hasta hoy, al 80 por ciento anunciado. Según Federico Furiase, asesor del ministro de Economía Luis Caputo, “esto implica una baja de la tasa efectiva mensual de pases desde 8,6% tasa efectiva mensual (TEM) a 6,8%”.Además, explicó el funcionario, también representa “una reducción de la emisión monetaria endógena (por intereses de pases) en torno a $530.000 millones por mes, equivalente al 5% de la base monetaria actual”.
“En respuesta a la evolución de la coyuntura económica y las condiciones de liquidez financiera, las autoridades del BCRA han determinado las siguientes medidas”, dijo la autoridad monetaria en un comunicado. Y detalló estas tres medidas:
- “Reducción de la tasa de política monetaria: a partir del 12 de marzo, la tasa de interés de los pases pasivos se fija en 80% TNA”, en relación al cambio ya mencionado.
- “Desregulación de tasas mínimas de interés: a partir del 12 de marzo, se elimina la tasa mínima de plazo fijo”. O sea, desde mañana los bancos podrán ofrecer el rendimiento que estimen conveniente, algo que se espera traiga más competencia entre las entidades.
- “Normalización de la gestión de liquidez por vía de pases: a partir del 18 de marzo, el acceso a la ventanilla de pases volverá a ser exclusivo para las entidades financieras reguladas por BCRA”, por lo que ya no podrán utilizar esa herramienta los fondos comunes de inversión, solo lo harán los bancos.
Entre los motivos que explican la decisión, el Central dijo que “desde el 10 de diciembre 2023, la coyuntura económica presenta señales visibles de reducción de la incertidumbre macroeconómica”.
En ese contexto, mencionó la trayectoria descendente de la inflación minorista, la perspectiva favorable en torno a la inflación subyacente, la moderación, en términos reales, de la emisión monetaria y la consecuente mejora del balance del BCRA, la acumulación sostenida de reservas internacionales, la estabilidad de la brecha cambiaria, y la evolución favorable del programa de acceso acelerado de mipymes al mercado libre de cambios.
Sobre la inflación, la entidad que preside Santiago Bausili, dijo que “tras el lanzamiento del ajuste inicial de precios relativos en diciembre 2023 se observa una pronunciada desaceleración de la inflación, a pesar del fuerte arrastre estadístico que acarrea la inflación en sus promedios mensuales. Los relevamientos de precios de mayor frecuencia han resultado útiles para apreciar la dinámica mensual punta a punta. Seguirán, por lo tanto, ofreciendo una herramienta complementaria en el diagnóstico de la trayectoria de la inflación”.
Además, se argumentó que esa trayectoria descendente que el Central ve para la inflación minorista, representa también una disminución del pass-through cambiario en relación con experiencias previas y una trayectoria inferior a la de las proyecciones implícitas en el memorando de políticas económicas y financieras acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Así, se destacó que en los próximos meses las autoridades del BCRA “pondrán el foco en la evolución de la inflación núcleo, en vista de los ajustes de tarifas reguladas de servicios públicos anunciados”.
Según las autoridades cambiarias, desde que asumió el Gobierno, la base monetaria y la base monetaria amplia (incluyendo pasivos remunerados en pesos) se han reducido al 17% por mes y 14% por mes en términos reales, respectivamente. La contribución de esta ancla monetaria a la desaceleración de la inflación ha sido posible a partir de la resolución inmediata de dos grandes desequilibrios macroeconómicos acumulados:
- “Primero, la eliminación de la monetización proveniente del déficit fiscal que, en 2023, mediante fuentes directas e indirectas, escaló a 5% del Producto Interno Bruto (PIB). De hecho, desde el 10 de diciembre el efecto monetario de la política fiscal ha sido opuesto y virtuoso, reduciendo la cantidad de pesos en circulación en alrededor de 2 billones. De esta manera, se avanza por delante de la meta de financiamiento neto acumulado igual a cero para el año 2024, acordado en el memorando de políticas económicas y financieras con el FMI”.
- “Segundo, la amplia aceptación voluntaria de los Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (BOPREAL) que, al operar como un swap cambiario, redujeron fuertemente la tenencia indeseada de pesos y la potencial demanda de moneda extranjera en el corto plazo. Las colocaciones de BOPREAL por USD 7,8 mil millones hasta la fecha proveen acceso diferido a moneda extranjera, de manera previsible y a valor de mercado, a través del mercado libre de cambios (MLC). La cuenta de deudas de importadores alcanzó un récord histórico de USD 58 mil millones hacia fines de 2023, debido a un manejo inconsistente y discrecional de la política cambiaria y de comercio exterior. De esta manera se ha podido responder a la demanda pendiente de moneda extranjera sin comprometer la estabilidad macroeconómica”.
Dentro de los argumentos positivos para el contexto, que el BCRA engloba dentro de la “normalización del sistema de pagos externos”, el comunicado destaca la acumulación de reservas y la estabilidad de la brecha. Sobre el primer punto se detalló que “el BCRA ha podido comprar sostenidamente USD 9,6 mil millones en el MLC, revirtiendo la tendencia previa del 2023 en el cual las reservas internacionales netas cayeron USD 23,4 mil millones. Estas compras contribuyen a una acumulación de reservas internacionales netas de USD 8,4 mil millones desde esa fecha, versus la meta de USD 6 mil millones contemplada en el memorando de políticas económicas y financieras firmado con el FMI para el primer trimestre de 2024″.
Con respecto a la brecha se aseguró que bajó de alrededor del 200% antes del balotaje al 34 por ciento de estos días. “Hoy la brecha entre el tipo de cambio paralelo y el tipo de cambio oficial efectivo para los importadores se encuentra en un mínimo por debajo del 10%, reduciendo fuertemente la incertidumbre cambiaria y su incidencia en las expectativas de inflación. Adicionalmente, los contratos de futuros del dólar (Rofex) han mostrado caídas sistemáticas y contundentes, indicando un aumento fuerte de confianza en la consistencia del marco de las políticas macroeconómicas vigentes”.