La devaluación y el posterior salto inflacionario trajo en los últimos meses un fuerte aumento en los alimentos. La yerba, uno de los productos más consumidos por los argentinos, sufrió una gran baja en sus ventas. En marzo, se despacharon desde los molinos 7,7 millones de kilos menos que en idéntico mes del año pasado, marcando una contracción de casi el 30 por ciento.
El mes pasado se vendieron 18.792.347 kilos de yerba mate destinado al consumo de los argentinos. Para encontrar una cifra similar hay que retrotraerse al mes de febrero de 2020, según datos estadísticos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
Esta disminución en la comercialización ha llevado a algunas empresas, especialmente las principales del sector que compiten por su participación en el mercado, a reducir los precios entre un 10% y un 20%. A pesar de que en diciembre, enero y febrero las ventas se mantuvieron estables, la caída abrupta en marzo ha sido preocupante.
Los supermercados, conscientes de esta situación, han ajustado los precios para intentar captar a los consumidores. A pesar de estos esfuerzos, el costo de un paquete de medio kilo de yerba mate en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires oscila entre $1800 y $2100, alcanzando incluso los $2200 o $2300 en algunos casos, lo que ha desalentado a los consumidores.
Algunos empresarios opinan que la desregulación en el mercado de la yerba mate ha tenido efectos positivos, estimulando la competencia y la innovación en el sector. Sin embargo, la preocupación persiste en la industria yerbatera, que busca estrategias para reactivar la demanda y recuperar los niveles de ventas habituales.
En el INYM aguardan el cierre de abril para recibir las declaraciones juradas de los molinos y ver si el fenómeno se mantiene o si llega el alivio de la mano de la recuperación de las ventas.
El mercado externo, en tanto, se mantiene con números positivos. En los tres primeros meses del año se despacharon 10,3 millones de kilos, con un incremento de casi dos millones de kilos respecto de igual período del año pasado.
Las lluvias de verano trajeron una buena brotación en los yerbales y eso aceleró el ritmo de cosecha. Ya ingresaron a los secaderos poco más de 135 millones de kilos de hoja verde, más del doble que en el primer trimestre de 2023, posicionándose como el segundo mejor arranque de temporada del último lustro.
Mientras, el Instituto Nacional de la Yerba Mate busca salir del limbo en el que está desde fines de diciembre pasado. El Gobierno Nacional sigue sin designar al presidente del directorio; y los representantes de los molinos y de la provincia de Corrientes impidieron que se realice la sesión de precios en febrero pasado, dejando al mercado sin valores de referencia para la hoja verde y la canchada (yerba seca, sin molienda).