El Instituto Nacional de Semillas (INASE) encontró semillas transgénicas ilegales en la provincia del Chaco, lo cual es preocupante por su impacto en la calidad del algodón y el riesgo de pérdida de mercados internacionales exigentes. Ante esto, el ingeniero agrónomo, Roberto Gillard, señaló los detalles que hoy preocupan a gran parte de los productores.
Gillard enfatizó la ilegalidad de la situación, señalando que se han encontrado cultivos con semillas transgénicas no autorizadas en la provincia del Chaco desde aproximadamente el año 2012.
Explicó el proceso legal para la introducción de eventos genéticos en las semillas, que “implica una evaluación exhaustiva por parte de la Comisión Nacional de Biotecnología Agropecuaria y la aprobación del INASE”. Sin embargo, la presencia de semillas transgénicas ilegales, provenientes incluso del extranjero, plantea un desafío significativo para el control y la trazabilidad de los cultivos.
El ingeniero agrónomo subrayó las implicaciones comerciales de esta situación, ya que muchos mercados internacionales exigen que la fibra de algodón provenga de semillas no transgénicas.
“La falta de control sobre las semillas utilizadas en los cultivos puede afectar la reputación y la competitividad del algodón argentino en el mercado global”, advirtió Gillard.
Además, destacó las preocupaciones sobre la calidad del producto final y el impacto desconocido que pueden tener estos genes modificados en las semillas.
“Los productores y las organizaciones del sector están profundamente preocupados por esta situación, ya que representa una amenaza tanto para la industria local como para las exportaciones”, expresó Gillard. La creciente exigencia de calidad en los mercados internacionales hace imperativo abordar estos problemas de manera efectiva y garantizar la trazabilidad y legalidad de los cultivos de algodón en la provincia del Chaco.
En conclusión, el descubrimiento de semillas transgénicas ilegales en Chaco plantea desafíos significativos para la industria algodonera y destaca la necesidad de una regulación más estricta y una mayor vigilancia para proteger la calidad del producto y mantener la competitividad en los mercados internacionales.