Paula y Lucas se conocieron en la facultad. Al principio se “odiaban”, hasta que un día hicieron un trabajo sobre la Copa Libertadores y nunca más se separaron. Su historia se volvió viral en las redes sociales.
Paula Draguicevich nació en Ushuaia y es fanática de Boca. Lucas Cuadra vive en Capital y es hincha de River. Sus vidas parecerían ser muy distintas, pero en realidad lograron encontrar uno en el otro al compañero perfecto para recorrer la vida y profundizar el amor por el fútbol. Su historia se hizo viral cuando él contó ante las cámaras de la televisión el pasado fin de semana que había esperado fuera de la Bombonera a su novia para que no se volviera sola de noche. Se trata de una rutina que repite cada vez que el Xeneize juega de local.
Paula le contó a TN que el gesto que tuvo su novio tras el partido del Xeneize ante Talleres se debió “al contexto de inseguridad en el que vivimos”. Y agregó: “Lo más normal es que él me lleve y traiga, porque a veces no voy a la misma zona que mis amigos bosteros y ninguno vive en Núñez como yo”.
Cómo comenzó la historia de amor entre Paula y Lucas
Su historia comenzó en las aulas de la UADE (Universidad Argentina de la Empresa), donde ambos cursan la carrera de periodismo deportivo. Sin embargo, el inicio de su relación estuvo lejos de ser romántico. “De hecho nos odiamos al principio, más que nada él”, relató Paula a TN con humor.
Desde el principio hubo una chispa de rivalidad entre ellos, especialmente cuando debatieron sobre quién era el entrenador argentino más importante de todos los tiempos. “Él respondió Gallardo y yo le dije que Carlos Bianchi ganó todo”, recuerda la joven.
La aprobación de un final, su primer paso hacia el amor
A pesar de sus diferencias futbolísticas, el destino los juntó. Después de compartir momentos de estudio y trabajos prácticos, Paula y Lucas comenzaron a pasar más tiempo juntos y a descubrir que tenían mucho más en común de lo que imaginaban.
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“No fue tan romántico. Salimos a festejar con un grupo que aprobamos un final y como vivíamos cerca, me acompañó a casa y yo le pedí que me ayudara a subir. Después vino a casa para hacer un trabajo sobre la Copa Libertadores y empezamos a juntarnos para estudiar y a estar juntos”, contó Paula a TN.
Sin embargo, ya como pareja establecida, las discusiones sobre fútbol seguían ocurriendo: “Nuestro mayor problema siempre son las peleas que empiezan por ser termos (muy fanáticos y testarudos)”. Paula, como fanática de Boca, no podía evitar provocar a Lucas, especialmente durante los partidos entre sus equipos.
“Cuando quiso meterse con el triunfo de Boca ante el Real Madrid en el 2000, agarré mis cosas, me pedí un remís y me fui. Le expliqué que hay cosas con las que no se puede meter. Y esas cosas eran los dos goles de Palermo”, cuenta Paula, que admite: “Él se enoja pero no tanto, yo sí soy más explosiva”.
Un día, Paula no pudo contener su emoción y terminó gritando los goles de Vélez y Huracán, equipos rivales de River, en la cara de Lucas. “Le dije ‘Perdón, fue sin querer’”, reconoció.
Compras impensadas y pizzas con el partido por TV, una dinámica que ya se volvió costumbre
Paula no solo es fanática de Boca, sino que también tiene otra pasión: las plantas. Antes de llegar a la Bombonera para el partido ante Talleres, no pudo resistirse a la tentación de comprar una que vio en un local tras bajarse del colectivo. Su novio no solo la esperó hasta que saliera de la cancha, sino que le sostuvo la maceta recién adquirida -tal como se vio en el video viral- hasta que volvieron a la casa.
A la distancia, la familia de la joven se muestra muy agradecida por estos gestos de amor de Lucas. “Mi papá le agradece que me acompañe a la cancha, más siendo de River, porque tiene que bancarse todo el camino a los bosteros cantando y festejando”, expresó a Paula.
“Lucas me espera en mi pizzería favorita, mi papá invita la comida y le da un poco más (de plata) a él para que se tome una cerveza y vea el partido hasta que yo salgo”, contó la hincha de Boca sobre una dinámica de amor y compañerismo que ya se volvió costumbre.