Su nombre comenzó a sonar fuerte para suceder a Diego Martínez, pero existiría un impedimento para que se concrete.
TAN PRONTO COMO DIEGO MARTÍNEZ dejó la dirección técnica de Boca al anunciar su renuncia tras la derrota con Belgrano en Córdoba, un nombre sonó con fuerza para reemplazarlo: el de Guillermo Barros Schelotto, que incluso se había comenzado a mencionar cuando la derrota en el Superclásico le dio sentencia tácita al ciclo fenecido hace pocas horas.
Con la única certeza de que Mariano Herrón se desempeñará como interino desde este lunes, la danza de candidatos puso a bailar en la primera línea a Guillermo, quien ganó dos títulos nacionales entre 2016 y 2018 pero que quedó estigmatizado por la final de la Copa Libertadores perdida en Madrid ante River.
Guillermo carga con el estigma de la final de la Libertadores perdida en Madrid ante River.
El devenir de su carrera lo llevó luego a Los Angeles Galaxy, donde asumió en febrero de 2019, y a la Selección de Paraguay, a la que condujo entre octubre de 2021 y septiembre de 2023, cuando se fue tras las primeras dos fechas de la presente Eliminatoria.
El Mellizo se mudó desde ese momento a los Estados Unidos, donde además de su pasado como DT atesora gratos recuerdos como futbolista en Columbus Crew. Con su familia adaptada al modus vivendi del país norteamericano, se encuentra en pleno trámite de la ciudadanía estadounidense, motivo por el cual no puede salir de dicha nación por el lapso de cuatro meses.
Tras desvincularse de Paraguay, el Mellizo se fue a vivir a Estados Unidos.
Entonces eso se convierte en un impedimento de peso para hacerse inmediatamente cargo de las riendas Xeneizes si resultara el elegido. Recién podría ocupar la posición para la temporada 2025.
Pero más allá de eso, también está de por medio su historia con Juan Román Riquelme, con el que compartió la gloria en la época victoriosa con Carlos Bianchi como entrenador pero con quien no lo une precisamente una amistad. La relación entre ambos fue estrictamente profesional, aunque ese no sería un impedimento para concretar un segundo ciclo de Guillermo en el banco Azul y Oro.
Aunque no es amigo de Riquelme, ese no sería impedimento para que Guillermo Barros Schelotto vuelva a Boca.