A través de sus historias de Instagram, la influencer salió al cruce de las acusaciones sobre el dinero que recibe del padre de su hija, aclarando públicamente su situación.
La relación entre el cantante de cumbia 420, L-Gante y la influencer, Tamara Báez, siempre termina siendo tema de conversación, en especial en lo que respecta a la crianza de su hija Jamaica. Sin embargo, en las últimas semanas, los rumores sobre la cuota alimentaria que el cantante le paga a la influencer han generado controversia y fue justamente Tamara quien decidió ponerle fin a las especulaciones.
Cansada de las versiones que circulaban en redes sociales, en las que se aseguraba que recibía un millón de pesos mensuales del actual novio de Wanda Nara en concepto de cuota alimentaria, Báez no dudó en salir a aclarar la situación. A través de un fuerte y contundente descargo en sus historias de Instagram, la expareja del cantante dejó en claro su postura. A lo largo de su relación con Elián, Tamara había calificado su vínculo como “tóxico”, afirmando que él la dejó sola en diversas ocasiones tras el nacimiento de su hija. Fue entonces cuando decidió acudir a la Justicia para reclamar lo que merecía.
Harta de las versiones equivocadas que se difundían, Tamara publicó una historia con un mensaje claro en un fondo negro: “Después de todo, yo ya super cansada, con el abogado cerramos en que me iba a pagar 300 mil pesos por mes de cuota alimentaria”, comenzó, desmintiendo las versiones exageradas.
La influencer explicó cómo funciona la cuota alimentaria y dejó claro que no se trataba de grandes sumas de dinero: “Todos los padres pasan un 30% o más de todo lo que generan trabajando. De todo. A él no le costaba nada pagar 300 mil pesos. Que cada 6 meses se aumenta un 30% no es casi nada”, explicó.
A su vez, Tamara desmintió los rumores que afirmaban que L-Gante le había entregado un millón de pesos mensuales: “Jamás me pasó un millón de pesos, como las personas decían”, señaló.
En su descargo, la influencer también destacó que la situación económica que manejaba no era fácil. “Jamás le quise sacar plata, solo acepté ese acuerdo que hoy en día, con esa plata que él me pasa, lo único que llegaba a pagar eran las expensas del country. Lo demás, me hago cargo yo de mi hija, comida, ropa, paseos, pañales. Hace mucho tiempo es así”, cerró.