Luis Asano, presidente de la Sociedad Japonesa del Chaco, habló con Radio Libertad en el marco del Día del Té. Destacó la ceremonia como una experiencia de armonía y respeto que trasciende generaciones, y explicó cómo esta milenaria tradición se vive y se comparte en nuestra provincia.

En tiempos de vértigo y urgencias, hay quienes eligen frenar, compartir un silencio y respirar hondo. Y en ese acto sencillo, preparar una taza de té puede convertirse en un ritual profundo de encuentro y armonía. Así lo vive Luis Asano, presidente de la Sociedad Japonesa del Chaco, quien impulsa la ceremonia del té como una forma de preservar y difundir los valores milenarios de la cultura japonesa en nuestra provincia.
“La ceremonia del té no es solo tomar una bebida”, explicó, “es respeto, es armonía, es tranquilidad. Es detenerse un momento para valorar el presente”.
Un ritual que trasciende fronteras
Asano encabeza, además, una escuela de idioma japonés en la que no solo se enseña gramática y vocabulario, sino también prácticas culturales como el shiatsu, el uso del kimono, y por supuesto, la ceremonia del té. “Los valores están integrados a cada actividad. En cada clase se transmite mucho más que conocimientos técnicos”, aseguró.
La práctica del té —especialmente del matcha, ese té verde en polvo que se prepara con movimientos cuidadosos y agua a la temperatura justa— representa siglos de tradición. “No debe hervir. Si el agua está demasiado caliente, el té se vuelve más amargo”, comentó. En Japón, por ejemplo, se valora especialmente la primera cosecha del año, llamada Ichiban Cha, que ocurre en los primeros días de mayo.
El corazón Nikkei: una identidad que se fusiona
Luis Asano es parte de la colectividad japonesa del Chaco, pero también un puente viviente entre culturas. “Nosotros tenemos la combinación de ambas culturas: a la mañana el té verde, a la tarde el mate. Esa fusión nos define como Nikkei, personas nacidas en otro país pero con corazón japonés”, señaló con orgullo.
En ese cruce entre oriente y occidente, la ceremonia del té también se vuelve una herramienta de integración. “Invitamos a muchos voluntarios de Japón y artistas como Malena Higashi, que vino a compartir su experiencia en esta práctica milenaria. Siempre hay alguien interesado en aprender”, cuenta.
Una comunidad abierta y activa
La Sociedad Japonesa del Chaco mantiene abiertas sus puertas a todos aquellos que quieran acercarse a la cultura japonesa, sin importar el origen. “La mayoría de los chicos que estudian japonés hoy no son descendientes. Lo hacen porque aman la cultura, participan en bailes, en celebraciones, y se sienten parte”, dijo Asano.
Quienes quieran conocer más pueden buscarlos en Facebook como Sociedad Japonesa del Chaco. Desde allí se informan las actividades, cursos y eventos que realizan durante el año.