El Guayo vive un 2025 soñado y, sin Messi, lucirá el mítico dorsal este martes en el último partido de Eliminatorias frente a Ecuador.

Lejos de las grandes luces, las tapas de los diarios y el exitismo de las redes sociales, Thiago Almada construye en silencio una carrera admirable. Con una Copa del Mundo y una Copa Libertadores en su vitrina, el Guayo da sus primeros pasos en el fútbol europeo al mismo tiempo que se adueña de un lugar en la Selección Argentina. Mientras los grandes títulos fueron acaparados por los logros de las figuras de la Scaloneta o la ilusión que despiertan las apariciones de Franco Mastantuono y Nicolás Paz, el habilidoso de 24 años, surgido en Vélez y hoy en Atlético de Madrid, fue titular en los cinco partidos de la albiceleste en el año sin hacer demasiado ruido fuera de la cancha.
Ahora bien, dentro hubieron motivos de sobra para que su nombre sonara con mayor fuerza en cualquier charla futbolera. Almada fue el autor de dos golazos que valieron cuatro puntos para Argentina: 1-0 ante Uruguay en Montevideo y 1-1 ante Colombia en el Monumental. Además, se vistió de asistidor en tres ocasiones: las goleadas 4-1 a Brasil y 3-0 a Venezuela y en el agónico triunfo 1-0 ante Chile -otras tres unidades con incidencia directa de su talento-. Sin Messi, la Selección cerrará este martes las Eliminatorias Sudamericanas frente a Ecuador y Almada, que se perfila como titular, le pondrá el broche de oro a un 2025 soñado. En Guayaquil y al menos transitoriamente, heredará por primera vez la mítica número 10 de Leo, Maradona y otros tantos cracks. Y bien merecido lo tiene…
