Las autoridades brasileñas se preparan para nuevas lluvias abundantes, con posibilidades de fuertes vientos y granizo, dos días después del paso de un ciclón que dejó al menos 39 fallecidos y nueve desaparecidos en el sur del país.
El temporal que se desplazó desde la Argentina y dejó varios miles de afectados en la provincia de Misiones siguió su derrotero destructivo hacia el vecino país donde volvió a causar estragos.
Brasil sufre de estos fenómenos extremos frecuentes, y los científicos apuntan a un vínculo con los efectos del calentamiento global.
El gobierno de Río Grande do Sul anunció que espera que el clima inestable se pose sobre todo el estado en las próximas horas “debido a la aproximación y avance posterior de un frente frío”.
“A partir de la tarde, un frente frío avanza por la frontera con Uruguay y reforzará las inestabilidades en las regiones del sur del estado, expandiéndose para las demás áreas del norte entre la noche del jueves y la madrugada del viernes” , dijo la meteoróloga Vanessa Gehm, citada en una nota del gobierno estatal.
Rutas y puentes destruidos
El ciclón castigó la región desde la madrugada del lunes arrojando lluvia y fuertes vientos que destrozaron casas y dejaron poblaciones sumergidas.
Casi un millar de rescatistas y una decena de helicópteros han sido desplegados en las labores de rescate, que se veían complicadas este jueves luego de que dos puentes quedaron destruidos y al menos 16 rutas tenían bloqueos parciales o totales.
Los embates del ciclón se sintieron en 80 municipios y más de 6.300 personas debieron abandonar sus hogares. En total hay más de 62.000 afectados. En Roca Sales, la escena era de viviendas arrancadas del suelo y vehículos lanzados por los aires. En sus calles de tierra, vecinos con picos y palas recogían escombros e intentaban salvar algunas posesiones.