Un indicador clave del pulso económico argentino, la producción de acero crudo, registró una caída significativa en septiembre, reflejando el freno en la actividad nacional. Según datos de la cámara del sector, la producción de acero crudo alcanzó las 356.700 toneladas, lo que representó una baja del 3,7% con relación a agosto y un descenso del 3,8% interanual. Esta tendencia, que evidencia la economía frenada, es adjudicada por el Gobierno al denominado “riesgo kuka”, la incertidumbre política previa al resultado electoral que validó las propuestas del presidente Javier Milei.
Aunque el Gobierno confía en que esta tendencia se revertirá a partir de noviembre, las cifras del sector siderúrgico hasta octubre no son alentadoras. La caída de la producción de acero crudo se vio acompañada por una disminución en la producción de hierro primario, que fue 6.8% inferior a la registrada en septiembre de 2024. Los ajustes en las plantas se realizaron principalmente para adecuar los stocks a una demanda que aún se mantiene en niveles bajos, especialmente en rubros sensibles.
La caída del sector se explica en gran parte por la baja actividad en la construcción tradicional, cuyos despachos de aceros aún no muestran señales de mejora a pesar de un leve incremento en los despachos de cemento. No obstante, no todos los subsectores están en recesión: la construcción industrial en acero, enfocada en la edificación de galpones para logística, mantiene un buen nivel. Además, la producción de laminados en caliente mejoró 2,7% respecto al mes anterior, aunque sigue 1,6% por debajo de los valores interanuales, impulsada por un alza del 11,2% en laminados planos.
Finalmente, otros sectores importantes que traccionan la demanda de acero mostraron resultados mixtos. El sector automotor nacional registró una caída del 5% interanual en septiembre, aunque acumula una suba del 4,6% en los nueve meses del 2025. Los sectores vinculados al consumo masivo, como línea blanca y envases, se ven impactados por la baja en el consumo interno debido a la falta de crédito y el incremento en la importación de productos terminados, completando un panorama económico que sigue mostrando debilidad.