Milei y Caputo celebraron con su siempre habitual para elogiarse el “regreso” de la Argentina a los mercados voluntarios de deuda a una tasa del 6,75 por ciento. Los medios oficialistas aplaudieron con entusiasmo esta normalización financiera del país, después de ocho años fuera de los mercados. Bancos, aseguradoras y empresas argentinas, detrás del relato libertario del regreso a los mercados internacionales.

Pero la realidad, como suele suceder con los anuncios de Toto Caputo, es un poco menos espléndida.En rigor, el ministro armó una canasta de incentivos para forzar a actores locales a comprarle los bonos al gobierno, con la idea de juntar USD 2.000 millones para cubrir una parte de los USD 4.500 millones que vencen en enero.
Un menú a la carta impuesto a aseguradoras, bancos y ART, que poco tiene que ver con inversores internacionales comprando bonos argentinos en los mercados voluntarios de deuda.
Fuentes al tanto de la operación explicaron a LPO los detalles de la arquitectura financiera que armó Caputo. A las compañías de seguro y las ART les ofreció poner en caución los bonos que les encajó el albertista Martín Guzman, si suscriben el bono. De esta manera mejoran el rendimiento de su anterior instrumento.
El equipo de Caputo, según las fuentes consultadas, espera juntar entre ambos sectores unos USD 600 millones.
Luego, a los bancos les están ofreciendo de 3 a 1 contra encajes. Esperan juntar unos USD 1.000 millones d ellos bancos, contra la liberación de USD 3.000 millones de encajes.
Y a las empresas que tienen dólares les ofrecen el bono contra pago de retenciones de Afip, con la idea que aporten unos USD 400 millones.
Si el plan le resulta a Caputo, y es muy probable que le resulte, conseguiría unos USD 2.000 millones y el préstamo repo que está tratando de estructurar el JP Morgan sólo debería ser de USD 2.500 millones, para tener así cubiertos los vencimientos del próximo mes.
Si este último instrumento no termina de cerrarse, siempre queda la posibilidad de activar otro tramo del swap con el Tesoro de Estados Unidos, aunque en las últimas semanas apareció cierto ruido en la línea con Washington, como reveló la decisión de Scott Bessent de suspender su visita al país.
La tasa de toda la operación, arroja con el descuento un 9,75 por ciento, muy por encima de las tasas a las que accedieron CABA, Santa Fe y Córdoba, en sus recientes colocaciones de deuda.
Como sea la forzada operación de Caputo en el mercado local, que recuerda los “bonos patrióticos” que imponía Domingo Cavallo, expone que más allá de la enrevesada argumentación de Milei para no sumar reservas, el rojo profundo del banco Central sigue siendo el flanco más débil de programa económico.
