“Si las pautas de comportamiento que está transmitiendo el Gobierno Nacional se transformaran en una conducta universal, harían inviable la vida en comunidad”, criticó el vicegobernador de Río Negro.
Pedro Pesatti aseguró que si el Gobierno decide asfixiar a las provincias va a afectar la educación, la seguridad y la salud: “la mirada que tiene el Gobierno Nacional está escindida de la realidad que vive la comunidad en general” aseguró en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Pedro Pesatti es el vicegobernador de Río Negro desde 2023 hasta 2027, también lo había sido desde 2014 a 2019. Fue intendente de la ciudad de Viedma en 2019, legislador provincial por la Circunscripción del Valle Inferior entre 2007 y 2011 y por Distrito Poblacional entre 2011 y 2014.
¿Cómo imagina la disputa entre el Gobierno Nacional y las provincias en el futuro?
Cada vez se pone más cuesta arriba esa relación, teniendo en cuenta las declaraciones que se han sumado. Hace unas horas Luis Caputto dijo que todo es curro en Argentina, apuntando a los gobernadores. Además, el presidente considera que los que votaron en contra de la Ley Ómnibus son delincuentes y, de manera transitiva, pone en esa categoría a los gobernadores.
Estamos en un tiempo en el que la ira aparece organizando las acciones en este país, desde el máximo nivel del poder en Argentina. La ira no es un buen organizador de las conductas sociales. Ya se venía viendo en la campaña de Javier Milei y ahora es cada vez más fácil de advertirlo.
Así como los gobernantes tenemos la obligación de administrar con decencia y transparencia los recursos y el dinero público, también tenemos la obligación de administrar con decencia, transparencia, ética y mucho compromiso la palabra pública, porque a partir de la palabra pública se comunica, no solamente contenidos e ideas, sino pautas de comportamiento. Las pautas de comportamiento que está transmitiendo el Gobierno Nacional, a partir del propio Presidente, si se transformaran en una conducta universal, haría inviable la vida en comunidad. Si todos tuviéramos una motosierra en la mano, Argentina sería una carnicería.
El presidente, sus ministros y sus colaboradores tienen la obligación de reflexionar sobre esta pauta de conducta que se va consolidando como un modo de ser del Gobierno y le puede generar mucho mal a la Argentina.
Si el planteo del Gobierno fuera el de no enviar dinero a las provincias, ¿Cuál sería la situación de las provincias y cómo podría escalar el conflicto?
Si la relación del Gobierno Nacional con las provincias va a ser la que se viene advirtiendo a partir de declaraciones y conductas que tiene el Gobierno, “los voy a fundir a todos”, “los voy a poner de rodillas”, “los voy a dejar sin plata”, con amenazas a los gobernadores que no apoyaran la ley, van a generar una contrarréplica por parte de las provincias.
Si el Gobierno decidiera asfixiar a las provincias para que no puedan funcionar, considerando, entre otras cosas, que el 85% de los recursos presupuestarios que tienen las provincias se destina para solventar y financiar educación, seguridad y salud, lo que van a fundir son los sistemas más públicos más importantes que tiene el Estado.
El sistema de educación pública en mi provincia representa la mitad de los recursos que tiene Río Negro. Cuando hablan a la bartola, sin criterio y responsabilidad, me parece que lo hacen para generar un malhumor social, en contra de la provincia y los gobernadores. En el terreno de la hipótesis, esta situación me llevó a decir que las provincias patagónicas podríamos replicar dejando de enviar la energía que las provincias producen.
La Patagonia produce el 90% de la energía que se necesita para funcionar en Argentina. Río Negro y Neuquén son las principales productoras de energía hidroeléctrica de Argentina. No somos provincias que vivimos del presupuesto nacional, algo que tendría que saber el Gobierno. Los impuestos que se coparticipan son los que se generan en nuestros territorios y la Nación tiene el deber de recaudarlos porque las provincias han delegado esa facultad.
No es un regalo que el Gobierno decida enviar la coparticipación, es un derecho que tenemos. Río Negro recibe menos de lo que pone, tiene una economía muy diversificada donde se produce energía, tenemos el centro turístico invernal más importante de sudameérica, la principal empresa de tecnología aplicada, el comlejo frutícula más importante del país, pesca y ganadería. Es una provincia que todos los días pone el esfuerzo, a través de sus 750.000 habitantes, para poder contribuir al desarrollo de la Argentina.
El Gobierno Nacional debe conocer esto y no puede tratar con tanto desprecio a quienes vivimos en el interior. Somos provincias autónomas y no nos van a poner de rodillas. El gobernador Weretilneck lo dijo claramente “¡Que ni se imaginen que nos van a poner de rodillas!” no es sólo por una cuestión de orgullo, es por una cuestión de dignidad.
Nos están faltando mucho el respeto y me duele mucho en el alma. Los gobiernos tienen que comprender que un país es como un aula abierta en la que los gobernantes son docentes y sus conductas forman a la población en determinados principios y valores. Yo no voy a poner en duda el conocimiento económico que supuestamente tienen, pero no tengo dudas de que, desde el punto de vista humano, tienen muchas dificultades y los países son comunidades que no se conforman por individuos, sino por personas. Lo que está ausente en este tiempo es la persona humana como valor principal y fundamental de la organización de la vida de un país.
Alejandro Gomel: ¿Qué puede pasar con el funcionamiento de Río Negro si el Gobierno Nacional corta las partidas? ¿La provincia podría dejar de pagar sueldos?
Río Negro no ha sido una provincia que haya estado recibiendo transferencias especiales como forma de subsistencia, pero si la pregunta está referida a la coparticipación, por supuesto. Vamos a suponer que el gobierno pudiera cortarla, no es sencillo porque llevaría a Argentina a una crisis irreversible, desde luego desfinanciaría por completo a la provincia e impediría que pudiera sostener la educación, la seguridad y la salud.
¿Cómo es el diálogo con el ministro del Interior?
Yo no tengo el gusto de conocerlo, pero uno ve su comportamiento y pareciera ser como una singularidad en el Gobierno. No lo vemos actuando dentro del tono que suele tener el mileismo en general. Ojalá que este hombre pueda establecer alguna vía fecunda para el diálogo entre la Nación y las provincias. Hay que ver si tiene el respaldo político para poder hacerlo.
Fernando Meaños: ¿Sienten la obligación de alcanzar el equilibrio fiscal en las provincias, tal como pregona el Gobierno Nacional?
Nuestra provincia no tiene una situación que nos someta a un déficit crónico como le puede pasar al estado nacional. Por lo tanto, hay apreciaciones que el Gobierno nacional ha tenido respecto a las provincias y, al menos en el caso de Río Negro, no califica. No digo que no tengamos problemas, pero somos una provincia totalmente viable y con control de nuestras cuentas.
¿Cómo fueron las cuentas el año pasado? ¿La provincia tuvo déficit fiscal?
Hemos tenido un déficit fiscal de alrededor de 30 mil millones de pesos.
¿En el presupuesto de este año hay medidas para recortar ese déficit?
Estamos haciendo los esfuerzos para poder mejorar las cuentas de la provincia, pero no es una cuestión imposible si tenemos un contexto que nos acompañe y podemos encontrar entre Nación y las provincias un clima de diálogo que es fundamental en un país como el nuestro.
Más allá de la relación con el Gobierno, ¿la provincia ha tomado medidas para reducir ese déficit fiscal del año pasado?
Estamos achicando el gasto que se puede achicar, mejorando la calidad de los gastos y también mejorando la fuente de nuestros recursos.
Jorge Fontevecchia: El Gobierno asumió con un déficit fiscal del 5% y era un problema que iba a tener cualquier gobierno que ganara la elección. El dilema es dónde y cuándo recortar los gastos. Lo que ustedes plantean es que esta reducción no sea a costo de las provincias y cada uno plantea, con cierta lógica, que el otro tiene que hacer el esfuerzo. El otro problema es el tiempo, hay quienes quieren hacer todo el recorte ahora para que en 2025 el crecimiento sea mayor, y quienes dicen que si el gasto es muy abrupto, ese crecimiento solo lo va a disfrutar el 20% de la población.
Sí, su reflexión me parece muy acertada porque la mirada que tiene el Gobierno Nacional está escindida de la realidad que vive la comunidad en general. Los tiempos no están humanizados, se piensan aplicar para determinados objetivos sin considerar el daño que pueden causar en términos sociales y humanitarios. Nuestra sociedad viene muy golpeada y lo que puede cerrar bien en una planilla de cálculo, después no cierra en la realidad.
En el caso de las provincias, sucede lo mismo. Nosotros queremos colaborar con la Nación porque no hay proyecto de provincia sin una Nación que funcione bien. Pero, para eso se necesita que el Gobierno tenga una comprensión de la situación de cada una de las provincias. El respeto es la base para dialogar y encontrar fórmulas de trabajo en común. El país está organizado a partir de principios federales, aun cuando el federalismo es tan imperfecto como el nuestro.