La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una advertencia sobre un ingrediente de uso cotidiano que puede ser peligroso para la salud: la sal. Este condimento, presente en prácticamente todas las cocinas, se consume con frecuencia, pero su ingesta excesiva está relacionada con un mayor riesgo de cáncer, especialmente el de estómago.
La sal refinada, que contiene entre un 97 y 99% de cloruro sódico, es la más utilizada en la mayoría de los hogares. Sin embargo, debido a su alto nivel de refinamiento, no aporta nutrientes y su consumo excesivo puede tener serias consecuencias para la salud. La OMS señala que, además de aumentar el riesgo de cáncer gástrico, la sal contribuye a otros problemas como la hipertensión, el asma, la osteoporosis y la insuficiencia renal.
En su guía técnica SHAKE, publicada en 2018, la OMS subraya la importancia de reducir el consumo de sal para prevenir estas condiciones. Además, la vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), María José Safont, destaca que el consumo excesivo de sal puede dañar la mucosa gástrica, facilitando la colonización de bacterias como la Helicobacter pylori, un factor de riesgo clave para el desarrollo de gastritis crónica y cáncer de estómago.