A nivel mundial, el cáncer de mama es el más común entre las mujeres. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020 se diagnosticaron 2,3 millones de casos nuevos y más de 685.000 mujeres fallecieron por esta causa.
Sin embargo, gracias a los avances en medicina y las campañas de concientización, las tasas de supervivencia mejoraron notablemente, especialmente por la detección temprana, como autochequeos y mamografías regulares.
Cabe mencionar que, el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama se conmemora cada 19 de octubre para difundir sobre la importancia de la prevención y el diagnóstico temprano. La revisión manual rutinaria es clave para el reconocimiento de la condición y tratamiento.
Alrededor de 19.000 casos nuevos de cáncer de mama se diagnostican cada año en Argentina, según informes de la Sociedad Argentina de Mastología, entidad que calcula que una de cada ocho mujeres que hayan alcanzado los 80 años habrá desarrollado la enfermedad en algún momento de su vida.
“Los conocimientos actuales sobre las causas del cáncer de mama son insuficientes, por lo que la detección precoz sigue siendo la piedra angular de la lucha contra esta enfermedad. Cuando se detecta precozmente, se establece un diagnóstico adecuado y se dispone de tratamiento, las posibilidades de curación son elevadas”, señaló el Dr. Juan Luis Uriburu, jefe del Servicio de Mastología del Hospital Británico de Buenos Aires.
Asimismo, añadió: “La consulta anual con el mastólogo y la mamografía anual a partir de los 40 años es la mejor manera de llegar a tiempo al diagnóstico del cáncer de mama, para así evitar el avance de la enfermedad”.
Cuando el cáncer de mama se detecta en etapas tempranas, la tasa de supervivencia a cinco años es cercana al 90%. Las mamografías son una de las herramientas más efectivas, ya que permiten detectar tumores antes de que sean palpables, lo que aumenta considerablemente las posibilidades de un tratamiento exitoso.
Los factores de riesgo para el cáncer de mama incluyen una combinación de elementos genéticos, ambientales y personales. Si bien la mayor parte de los casos detectados se dan en mujeres de más de 50 años, los antecedentes personales o familiares de cáncer de mama y tratamientos previos con radioterapia antes de los 30 años son factores que aumentan el riesgo, así como un historial reproductivo temprano o tardío y tener mamas densas.
A su vez, mantenerse físicamente activa y evitar el consumo excesivo de alcohol pueden ayudar a evitar la enfermedad, tanto como una alimentación lo suficientemente saludable, según afirman los médicos expertos.