En una entrevista en el InfoCentral de NGFederal, la autora Vanessa Doglioli detalló su libro Exilio, que aborda el caso de Nahir Galarza, quien fue condenada por el asesinato de su exnovio Fernando Pastorizzo. A lo largo de la conversación, Doglioli habló sobre la injusticia que, según ella, Nahir vivió antes y después de su juicio, especial mente a través de la condena mediática y social que precedió a la sentencia judicial. En su libro, describe cómo la figura de Nahir fue manipulada por la cobertura mediática, lo que impactó directamente en el proceso judicial.

Para la autora, Nahir nunca tuvo la oportunidad de ser escuchada sin prejuicios, pues los medios crearon una imagen negativa de ella mucho antes de que se pronunciara una sentencia oficial. “La condena mediática fue implacable. Nahir nunca tuvo chance de ser vista de otra manera que no fuera como la asesina. Los medios la convirtieron en un monstruo, y eso no tiene vuelta atrás. El juicio de los medios era ya una sentencia”, añadió Doglioli.
En relación con la cobertura mediática, Doglioli subrayó que la construcción social de culpabilidad era mucho más fuerte que cualquier prueba presentada en el juicio. “La sociedad se encargó de juzgarla con una facilidad asombrosa. Nahir nunca tuvo la oportunidad de ser considerada una víctima de su propia historia. Fue presentación como una persona peligrosa, incluso antes de que se conociera la verdad completa”, señaló la autora.
Doglioli también expresó su preocupación por la manera en que los medios de comunicación afectan el desarrollo de los casos judiciales. “Los medios no solo construyen la opinión pública, sino que también interfieren con el funcionamiento de la Justicia. Cuando un caso se convierte en un circo mediático, es casi imposible que haya una decisión judicial imparcial. Los jueces se ven presionados por lo que la gente piensa”, indicó.
La autora reflexionó sobre el papel de los medios en la creación de narrativas que afectan directamente a los involucrados. “Los medios no solo cuentan lo que ocurre, sino que crean una narrativa. En el caso de Nahir, la narrativa estaba escrita desde el principio. Y esto, en muchos casos, marca el destino de las personas involucradas. La justicia debería ser independiente, pero los medios crean juicios paralelos que contaminan todo el proceso”, remarcó.
Exilio no solo se enfoca en la figura de Nahir Galarza, sino que también cuestiona el sistema judicial y social que permite este tipo de condenas anticipadas. “Mi intención no es hacerle un favor a Nahir ni defenderla sin más. Lo que busco con Exilio es visibilizar cómo funciona el sistema, cómo las personas son juzgadas por las cámaras antes que por un tribunal”, dijo Doglioli.
La autora también destacó que el caso de Nahir no es un hecho aislado, y que muchos otros casos similares se dan a diario, aunque no siempre sean mediáticos. “Lo que le ocurrió a Nahir no es un caso único. A diario, las personas son condenadas públicamente por la opinión mediática. La diferencia es que Nahir tuvo un caso extremadamente mediático, pero todos los días hay miles de historias de condenas sociales que nunca llegan a los tribunales”, puntualizó.
Por último, Doglioli instauró una reflexión sobre la responsabilidad social en la construcción de opiniones sobre los casos judiciales. “Lo que le pasó a Nahir es el reflejo de una sociedad que se siente con el derecho de decidir sobre la vida de otros sin conocer todos los detalles. Si no aprendemos a cuestionar estas narrativas, corremos el riesgo de condenar a más personas sin darles la oportunidad de defenderse”, concluyó.
